viernes, 1 de julio de 2011

Capítulo Veintiséis: Libre

La diablesa merodeaba por la ciudad más cercana, en la noche más de cinco habían sido sus víctimas y aún no estaba conforme. Jamás había sentido un "hambre" como aquella, era cruel y despiadada con aquel ajeno a sus propósitos. Estaba fuera de control, ya hacía día y medio que vagaba por las calles en busca de humanos para alimentarse. Parecía no tener límite.

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Allan y Mao había buscado incesantemente a la diablesa, el dragón estaba seguro que Aiperus no la tendría pero entonces...¿Dónde se había metido?¿Había huido para no convertirse?
El hecho de no saber nada de ella era malo, y también Ember no ayudaba, según Mao él estaba muy triste por algo pero no le quería contar. Al parecer la humana sabía más de lo que decía, el han'gô la había informado para que no se asustara con el hermano de Amuria.
Ya que pasara un día sin dar señales de vida era preocupante, y que encima siguiera sin aparecer, daba para que se tomaran medidas importantes. Ya al caer el ocaso, y con la ausencia de su amiga, decidieron que no estaba en el instituto y el único lugar donde podría ir sería la ciudad.
Allan se puso firme en su decisión, debía salir y buscarla, algo no andaba bien. Ya a la noche saludó a su amiga y le pidió que convenciera a Ember de regresar, si no la encontraba iba a necesitar de su ayuda.
Escapó por la ventana de su cuarto y fue hasta la ciudad como dragón donde cambió a hombre nuevamente y así comenzar a buscar.
Conocía bastante bien a los demonios, les gustaban los lugares llenos de gente para perderse, preferiblemente las fiestas y discotecas. Ese era su objetivo.

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Después de unas cuantas hora y ya bastante asqueado con todas las copas que le habían invitado en un lugar y en otro, el dragón seguía caminando sin rumbo alguno.
De verdad que no tenía tanta resistencia al alcohol por eso no tomaba nunca, pero encima de no encontrar a Amuria en ninguna parte sentía que quería vomitar a toda costa, entonces no resistió y fue hacía un callejón, se metió los dedos y dejó todo en un costado de la pared, de verdad se sentía mal.
Justo en ese mismo lugar lleno de sombras, y escalofriante en cierto sentido, un olor, ve bien al fondo del lugar, una figura incierta.
Siente que es acorralado contra la pared, reacciona y se la quita de encima. La ve por un momento, era un demonio, se pone a la defensiva y cuando la ve acercarse a luz y se da cuenta de quién era en realidad queda mudo y solo logra hablar cuando la diablesa lo empuja hacía la calle.

_ ¡Amuria! ¡Amuria detente! -le grita mientras se levanta y va detrás de ella-

La joven solo sonríe con picardía y con sus alas se levanta hasta el techo de uno de los edificios cercanos y le dice:

_ Lindo, si sabes mi nombre deberías ser más amable ¿No? -entonces le clava la mirada como si fuera uno más, como si no fuera ella misma-.

_ ¿Ahh? -dice confundido y con cuidado se acerca, vuela a su lado y siente que ella se le acerca sobre él- ¿Por qué estás así? -le pregunta sosteniéndose entre la oscuridad con sus alas rojas apenas emitiendo ruido al moverlas-.

_ Así soy, soy Amuria. -ríe histérica, claro él no entendería que la psiquis de su querida amiga estaba dividiéndose, la diablesa levanta el vuelo y se teletransporta lejos para que la siguiera-. Ven, ¡Atrápame!.

El dragón no entendía nada, tan solo revisó las calles vacías y pensando que nadie los vería intentó llegar a su amiga, quien se le escapaba una y otra vez. Riendo y burlándose de él, no podía recordarlo, porque ella como súcubo solo pensaba en ella y lo demás no importaba. De pronto en medio de aquel juego, que un tanto molestó a Allan por un lado por su actitud tan ajena a su persona y por otro lo mareado se estaba poniendo, se choca con un poste de luz y queda tomado a este mientras intentaba evitar sentir el rebote en su cabeza. La diablesa a su espalda y un susurro.

_ Di mi nombre. -no era la misma voz burlona-.

_ ¿Amuria? -dijo un tanto dudoso, la joven solo sonrió y volvió a escaparse-

El dragón apenas podía moverse del temblor que se dio, entonces solo bajo a tierra y se sentó un momento. Debía recomponerse si quería atraparla, al parecer, esa chica era más rara de lo que pensaba. Las nauseas en su estómago lo estaban poniendo de mal humor. La sintió, por un lado por el otro, podía sentirla pero no verla, entonces se le ocurrió esperar un poco.
De un segundo a otro logró atraparla y entonces la sintió caer sobre si misma, como si se desmayara al tocarlo. Se sorprendió y la sostuvo sobre su pecho y notó lo liviana que estaba, palpó su abdomen, estaba muy delgada. Con cuidado la arropó entre sus brazos y la miró.

_ ¿Qué te sucede?¿Qué habrá hecho Aiperus contigo?- suspiró y comienza a caminar- Ya que, al menos te ves dulce cuando duermes. -sonrió apenas-.

---------------------Dos horas después-----------------------

El dragón estaba exhausto, entre tener que cargar a Amuria y la lucha de sus entrañas se sentía desvanecer en cualquier momento. Pero no faltaba más que unos cuantos pasos para llevar a la mansión del instituto. Solo un poco más, era lo único que lo mantenía concentrado. Algo estaba tomando su mano, pensó, algo tomaba su mano ¿¡Algo tomaba su mano!?
Miró hacia su compañera pero desaparece de sus brazos y de pronto siente que alguien lo empuja de atrás. Allan cae por el cansancio ya no tenía sus reflejos como antes. Se voltea y ve que era Amuria, sus ojos rojos y llenos de ira lo miran con señal de amenaza, se tira encima de él y abriendo sus alas y garras estaba dispuesta a atacarlo, se siente decir.

_ ¡No necesito tu ayuda! -dice fuera de si pero antes de dar golpe alguno escucha algo que la detiene..-

_ ¡¡¡Etsuko!!! -se escucha la voz clara de un joven rubio que se acerca a ella gritando y en parte suplicando- ¡Etsuko es Allan no lo lastimes! ¡Por favor no lo hagas!

Al oir su nombre su forma se contrae, algo muy doloroso para ella, lanza un gemido de dolor y con la poca fuerza que le quedaba se aleja de Allan e intenta controlarse. Sus ojos se pusieron uno rojo y otro marrón, se tomaba de la cabeza con mucho esfuerzo, sentía dos voces y ninguna reinaba en voluntad.
El han'gô levanta al dragón, quien no entendía nada y lo empuja hacia la joven tan confusa.

_ Abrázala A-chan, luego te explico pero no le digas Amuria por ahora. -le dice y entonces se aleja para que su amiga no lo viera, ya no estaba enojado pero no la podía ver de esa forma-

El chico fue a su lado y la contuvo en sus brazos, sentía como lo tomaba con fuerza mientras en un instante cierra los ojos y luego al abrirlos lo mira, lo reconoce.
La joven lo abraza del cuello y comienza a lamentarse, le pedía disculpas, todo entre suspiros de dolor y angustia, le pedía perdón por haberlo pasar por aquello. Allan solo la ayudó hasta calmarla, dándole suaves caricias y tiernas palabras para que no se asustara.

_ Ya, no pasa nada, tan solo quédate así conmigo. -decía suave y bajo para que solo ella lo escuchara-.

_ Lo siento..lo siento...no quise..debes creerme, no quise hacerte daño. -apenas lo soltó y se le queda frente a frente-.

_ Está bien, yo te perdono si eso quieres, yo solo fui a buscarte. -sonríe para ella y entonces siente algo extraño al verla. Estaba sonrojada, su boca entreabierta, sus ojos bicolor brillaban de una forma que nunca creyó. Él mismo se sonrojó y bajo la luz de la luna llena que los amparaba en su belleza la besó sobre los labios y entonces ella cerró los ojos. Al abrirlos, ambos marrones le correspondieron el beso de antes con la misma dulzura y confesó-.

_ Allan, -hizo una pequeña pausa- Si yo me convierto en demonio, ¿aún así me querrías?

_ Siempre. -le responde seguro y se levanta junto con ella, le besa una de sus manos y le dice- Te juro, que no importa nada, yo te querré siempre. -le dice desde lo más profundo de sí mismo-.

_ -una lágrima cae sobre su mejilla, sentía algo que nunca antes había sentido, no lloraba de tristeza- Perdón, no sé porque lloro. -le susurra y sobre se apoya sobre él. Lloraba, por primera vez en su vida, de felicidad. Era feliz con solo saber que la quería, porque...- Yo también te querré siempre Allan.

_ -él le levantó el rostro con una mano por el mentón y entonces besó su frente con delicadeza- Ya deja de llorar y dame un sonrisa, ¿si?

_-sonrió levemente mientras que no podía dejar de llorar- Gomen-..

_ nasai..-completo Allan que pasó rápido su mano por sus ojos y disimula un poco mientras la toma de los hombros  y la hace caminar- Gracias.

_ -ella solo se deja llevar, lo mira de reojo, sus ojos celestes estaban brillosos.-

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Es noche decidí, supe que tenía que hacer, y así lo hice. No sé si fue lo correcto, pero fue lo que sentí. 
Yo...él...ese sentimiento entre nosotros...fue algo muy especial, fue algo que quería conservar.
Por eso, espero, Allan...me puedas perdonar. 
Me di cuenta a tiempo, esa vez, que tu amor no lo pondría en riesgo y tampoco podía aceptarlo. Solo podía dejarlo ser libre y esperar a lo mejor, algún regresar a tu lado y verte llorar de felicidad como esa noche. Porque yo, terminé enamorándome de ti. 

1 comentario:

Minae dijo...

Oooooooooooooow! >w<
Lloró de felicidad :'DD
Tengo una extraña sensación de que Amu va a ser obligada a dejar a Allan por un tiempo, espero que no por mucho T__T
Amo esta historia, espero el siguiente capítulo ^^