sábado, 23 de julio de 2011

Capítulo Veintinueve: Lo siento

Se advierte a la gente menor o impresionable, que este capítulo tiene escenas lemon, suaves no tan explícitas. Fueron advertidos, pervertidos bienvenidos sean! xD Nah, está light en serio.^^

El deslumbrante ocaso se hacía presente y transitorio, sus bellos tonos anaranjados y amarillentos daban un buen augurio para el día siguiente. Los enamorados estaban contemplando el bello paisaje con tranquilidad. Ella descansaba entre las piernas de él, disfrutando con una suaves caricias en sus brazos. Él le besa su larga cabellera y la abraza apenas tomando sus manos. 


— Hoy fue un lindo día.


— Un hermoso día, gracias por estar conmigo, jamás lo olvidaré.


— Ni yo. —más bajo y un tanto triste— No quiero que termine.


— Ven aquí. —se volteó a él y lo abrazó fuerte lo miró a los ojos toda sonrojada y entonces apenas rozó sus labios, tentándolo a besarla.


Allan no pudo resistirse por mucho y la besó despacio mientras la abrazaba por la cintura. De repente siente como la chica lo toma por el cuello y lo tira lentamente al suelo. El coloca sus brazos sobre ella y apoya sus rodillas para no aplastarla, no le gustaba esa posición este...nuevamente estaba pensando con otra cabeza.
Ella no dice nada y solo le toma los brazos, los lleva lentamente a su cintura para luego atraparlo entre sus manos y besarlo con una pasión desconocida por el dragón. Este intenta responderle, algo desconcertado la tomó firme, acarició sus labios para luego atreverse a saborear su boca poco a poco.
Etsuko aprovechó en un instante y le mordió el labio con lujuria. Lo sostuvo y entonces al soltarlo él hizo lo mismo, le besó la pera para dirigirse a su cuello. Ella sintió un escalofrío, nervios pero se contuvo y solo se dejó llevar mientras al sentir los labios de él sobre su piel descubierta y sensible solo emitió algunos quejidos leves, estaba impaciente y se sentía muy bien ese tipo de contacto. 


— ahh...Allan..espera...—se levanta apenas y le levanta el rostro con cuidado— Tengo mucho calor ahora.


— Yo también. —responde mientras al verla, sonrojada y acalorada por él, no pudo resistir y entonces se saca la remera con apuro, apenas pone sus manos sobre el borde de la blusa de ella, conserva su voz lo más seria posible y le pregunta— ¿Puedo?


— Ya, hazlo. —le contesta y entonces se levanta para que se la quita con cuidado.


El dragón la observa con atención, como estaba tan entregada a él, ni había intentado cubrirse. Su sostén ya era muy tentador, para quitarlo claro. Pero entonces notó que la noche recién comenzaba, el color violáceo del cielo se lo indicaba. Besó cada centímetro de su piel, rozó con delicadeza su abdomen y cintura. Etsuko sentía cosquillas, era tan suave con ella, en ella. Con leves mordidas fue probando su piel, aquella esencia de su ser lo estaba poniendo nervioso y tenso pero debía esperar a que ella también comenzara a sentir así.
Al sentir la mordidas y leves lamidas sobre su piel comenzó a despertar cierta inquietud en su interior. En cuanto sintió las manos de él acariciar su bajo abdomen no pudo evitar..


— Ahh...ahh..no..mírame —pidió y se abrazó al cuello de él para detenerlo— Empiezo a sentir miedo. —le confesó mientras sentía la manos de él deslizarse por su espalda.


— Tranquila, yo no te haré daño. —soltó su brasier— Déjame verte bien Etsuko, iré despacio.


Ella aún encima de él se quitó lo que quedaba de prenda y la tiró a un costado. Allan la besó para distraerla, sabía que no le era fácil y debía relajarse. Pasa la punta de sus dedos muy lentamente sobre la espalda de ella, se podía sentir las cicatrices pero no le importó. Ella se separó de él, el cielo se ponía oscuro, pronto la noche sería su único amparo. Tomó una mano de él y la posó sobre uno de sus pechos. Su corazón estaba acelerado, él lo sintió y entonces le escuchó decir.


— Sólo late por ti, soy tuya Allan. — Se tiró hacía atrás acostándose y le sonrió— 


Los ojos celestes de Allan brillaron, jamás se había sentido tan ansioso por algo así. Se fue hacía ella, entrelazó sus dedos con los de ella y unión sus labios, apoyo un poco su cuerpo sobre ella sintiendo su calor y el suyo mezclarse. Al separarse, la mirada de Etsuko le miraba con deseo y entrega, él lo entendió.
Sin disimulo alguno la miró bien, estaba oscuro ya, pero sus figuras podían distinguirse perfectamente. Su manos acariciaron sus hombros bajando por su pecho y cintura. Ella se estremeció, se mordió el labio al sentir como degustaba su piel con su lengua, de una forma tímida y cuidadosa. Allan estaba muy agitado al oírla ahogar sus suspiros, sintió que lo había conseguido, ahora iría por más.
Dio un beso a su abdomen para luego volver a verla mientras sus manos descendían a sus piernas. 


— Te amo Etsuko y quiero demostrártelo. — sintió las manos de ella sobre sus hombros— Tan solo quiero hacer que te sientas bien.


Ella se pone cerca y le susurra:


Kitaru... chikai.


Aún sin saber que decía, el dragón se dejó llevar por el tono de su voz e inconscientemente hizo lo que su amada le pedía. Se acercó, para entonces comenzar a sentir las caricias de ella.
Deslizando sus suaves manos por su espalda, sintiendo como suspiraba sobre su pecho. De pronto mantuvo sus manos en el pecho de él, como queriendo separarlo, aunque era todo lo contrario. Etsuko le besó suavemente la oreja, siempre hacía eso, porque sabía que lo volvía loco. La reacción de Allan se sintió al estremecerse y entonces separó un poco su cintura de ella...pues algunas cosas comenzaban a ponerse impacientes.
Ella río con un tono profundo e invadiendo la boca de él con su lengua indomable fue deslizando sus manos hacía abajo, hizo unos pequeños círculos con su dedo índice sobre el abdomen de él logrando sacar algunos gemidos ahogados entre sus labios. 


— Allan no me tengas miedo. —besó el centro de su pecho, su corazón— Enséñame lo que es sentir lo que estás sintiendo en este instante, quiero sentir el mismo sentimiento.


— Y lo sientes, aunque no lo sepas, el miedo es parte del amor. —deslizó sus manos hacía la falta de ella y pasó sus manos por los muslos de ella con delicadeza— El miedo a exponerse, a no ser suficiente, a ser lastimado por la otra persona...todo eso es amor, porque quieres protegerla tanto que a veces temes por estar dando mucho y devolviendo demasiado...


— Entiendo, entonces, quiero que me ames. Aún más allá del dolor.


Allan dejó de dar vueltas y le deslizó la falta hasta sacársela por completo, estaba semidesnuda y sin embargo no parecía importarle. Sintió las manos de ella atentar contra su pantalón, lo desabrochó y bajó el cierra, al rozarlo sintió que a pesar de su tranquilidad estaba escondiendo una gran "ansiedad". Él mismo se levantó y se los sacó, pero no sólo los pantalones, sino un poco más...se animó a confiar en ella.
Etsuko lo veía, ya no tenía protección alguna, era su misma esencia frente ella. Nada podría compararse con la mirada que le daba, una de miedo y exposición, una de confianza absoluta. Entonces, se dio cuenta, que la siempre estaba un paso atrás era ella. Con sus manos un tanto frías por la noche, fue deslizando su única prenda hasta dejarla lejos de una pequeña maniobra con su pie. 
Ambos estaban completamente desnudos, sin barreras ni escondites, eran sólo ellos en medio de la naturaleza, iluminados por la gentil Luna.


— Eres hermosa Etsuko. —le confiesa sonrojado apenas se acerca muy dudoso hacía su rostro, siente las rodillas de ella a poco centímetros de sus piernas.


— Ahh...tu también Allan.


De pronto la joven se quedó muda, admirando a su compañero, su amante. Lo siente besarla con delicadeza, las manos cálida de él bajan a su intimidad y empiezan a incitarla a gemir cada vez más alto. Cómo lograba hacerla disfrutar al punto en que creyó que podía entenderla, cómo, cuándo y dónde hasta que finalmente ella dejó de luchar y sintió solo placer en su cuerpo. Entonces abrió sus piernas y lo abrazó llevándolo hacía ella, mientras el corazón de ambos se aceleraba.


— ¿Estás segura?


— Nunca estoy segura de nada...pero si sé que lo quiero..¿es suficiente?


— Si lo quieres, yo también.


Se miran fijamente, él se desliza con cuidado al interior de ella, Etsuko apenas emite un pequeño quejido y se sujeta de sus hombros. Sentir de esa forma, jamás creyó, sentirse así...completa. Era la primera vez que se sentía unida a alguien, que no era por necesidad sino que por deseo mutuo. Fue tan suave, tan considerado, que no le importaba el placer en esos movimientos tan conocidos y a la vez nuevos. Sintió como él se ponía cada vez más agitado, lo abrazó con sus piernas y lo sintió terminar en su interior. Etsuko solo lo abrazó, tan agitada como él.


— Lo siento. —exclamó en su hombro mientras intentaba recuperar el aliento.


— ¿Por qué dices eso?


— No, no te sentiste como esperaba. —sabía que él había llegado pero ella no.


— ¿Lo dices por el placer? Yo no quiero placer, me gustó, me gustó mucho...gracias Allan. —lo abrazó fuerte— Me has hecho tan feliz, me gustaría estar así contigo para siempre.


El dragón no comprendía nada, años más tarde podría entenderlo, pero en ese momento lo único que hizo fue corresponder su abrazo y quedarse encima del pecho de ella hasta que ambos se quedamos dormidos uno al lado del otro. 


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"Aún después de todo lo que diste, de las cosas que me has hecho sentir, del amor que creció en mi por ti...a pesar de todo, debo dejarte. Perdóname"


La joven tomó sus ropas, más bien ya no importaba, igual se vistió. Con cuidado de no despertarlo, le colocó los pantalones y lo cubrió con su camiseta y una campera que dejó cerca del árbol donde habían almorzado. Eran más de media noche, ella se arrodilló a su lado y le comenzó a recitar.


"Dios, si es que puedes oír, cuídalo. Allan, yo te amo más que a nada, yo quiero hacerte muy feliz, yo quiero mantenerte a salvo. Eso lo haré, a costa tuya. 
Porque se lo que te mereces, algo mejor que yo, alguien que no te lastime. Tan sólo desearía, poder agradecerte por todo lo que haz hecho por mi, cuidarme, protegerme, AMARME. 
Y está será la única forma de hacer, se que dolerá al principio pero eres fuerte y me olvidarás sin llorar ¿si?
Te ves tan lindo dormido, tan inocente, tan parecido a la niña que murió en mi alma. Solo, olvídame Allan."


Le besó los labios, este apenas abrió los ojos y quiso despertar pero al sentir el calor en sus labios no pudo sino quedarse de nuevo dormido. El sueño ardiente funciona aún en los han'gôs.
Se levantó, su mirada era decidida, en alguna parte de su mente el dolor estaba guardado. Comenzó a alejarse de él con paso firme, no dudo, pero por dentro su corazón se quebraba con cada paso que daba.


"Perdón"


Era todo lo que pensaba.


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Allan despertaba, se sentía mareado por alguna razón, tenía una mala sensación en el pecho. Entonces volteó y no vio nada, estaba solo, ¡solo!
¿Dónde estaba Etsuko?¿A dónde iría tan tarde?
Comenzó a buscar a su alrededor, se colocó la ropa que le faltaba y a punto de levantarse sintió una voz fría a su espalda.


— Lo siento Allan-kun, pero no puedo permitir que interfieras. 


De pronto siente una cadensa sobre sus muñecas y tobillos, estas lo tira hacía abajo y confundido levanta la vista para encontrarse con el causante. Era Ember, quien había dicho que lo ayudaría ahora lo tenía aprisionado contra la tierra y lo miraba sin sentimiento alguno. 


— ¿¡Qué estás haciendo!?¿Dónde está?


— Etsuko-chan ya eligió, y juré por mi nombre que te detendría, lo siento. No te puedo dejar ir. —tenía un tono triste en su voz— Mao quiso advertirte pero no hiciste caso, ahora debo traicionarte por el bien de ella.


— ¿Cual bien? ¿No ves que ella no debe ser un demonio?¡No quiero perderla! —comenzó a gritar y a forcejear las cadenas pero eran muy gruesas y ni siquiera una pequeña fisura les hacía.


— Es inútil, te saque energía suficiente para dejarte como humano, no tiene opción más que aceptarlo.—miró a lo lejos— Yo no te quiero perder, pero es tu elección.


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— ¿Lista? —la voz fría la atravesó como una espada.


— Si, den inicio al ritual. —se paró en medio de su hermano y su padre, una para no escapar y dos para que vean que cumpliría con su promesa.


El demonio mayor dibujó un símbolo de pentáculo con distintos escritos a su alrededor y Etsuko entró en él, una luz roja comenzó a envolverla y entonces su cuerpo de dividió, se podía observar sus dos formas. Etsuko y Amuria se miraban entre sí.


— Mezcla de sangres que por años has vivido impura, dile ahora al mundo cuál será tu forma...—exclamó su padre mientras la miraba con atención.


— Yo invoco a...


~Continuará~













1 comentario:

Minae dijo...

Pobre Etsuko TT___TT
No me gustan las despedidas D':
Al final, Ember detubo a Allan, que raro, yo pense que lo ayudaria .-.
Ay, me mata la intriga! Qué dira? aldskjfhsadlkfj quiero el próximo capítulo pronto :DD