miércoles, 20 de abril de 2011

Capítulo Dieciséis: Es Mi Turno

Semanas después de aquel encuentro tan extraño entre Amuria y Allan, ocurrió un suceso que más que mejorar las cosas terminó obligando a ambos a exponerse un poco más.

"Día de Padres y Maestros"

El colegio se llenó de hombres y mujeres todos con sus respectivos hijos, algunos se quejan de vergüenza otros no alcanzaban a contar todo lo que había hecho desde la última vez que se vieron. El dragón estaba hablando con Mao mientras Amuria a un costado miraba hacia afuera ignorando todo a su alrededor. Entonces la lolita sonríe al escuchar las voces más familiares del mundo, se voltea y ve a sus padres, corre hacía ellos y los abraza con fuerza. Saluda a sus amigos con las manos y los presenta, luego se va con ellos mientras emocionada les habla sin parar como era su costumbre.
La diablesa mira al joven a su lado, lucía un tanto sombrío, pero como ella no tenía discreción -al igual que él- le pregunta sin más.

_ ¿No esperas a nadie hoy? -lo mira de reojo-

_ No. -responde serio y le da la espalda- Sabes, yo a caminar un rato, hay mucha gente para mi gusto.

_ Claro.-le responde pero entonces una ansiedad nace en ella, se preocupaba? Con algo de duda llega a decir- ¿Estás bien?

_ Si, no es nada. -le dedica una corta sonrisa y continúa cabizbajo en su caminar-.

Ella mira a todos los chicos a su alrededor, era un tanto deprimente, era como si entre tantos...quedara sola. Una voz burlona se escucha a su espalda.

_ Supongo que ahora no eres tan altiva, ¿Se siente mal no tener a nadie? -la joven se voltea y se encuentra a Dante-.

_ Tu lo debes saber ¿No? -sonríe con ironía- Di lo que quieras, he estado sola por tanto tiempo que ya no me interesa nada sobre estas cursilerías.

_ Mmm ya veo. -se hace el desinteresado y parece que se fuera pero entonces murmura- Veo que ya ni siquiera quieres a tu hermano, quedarás sola.

_ -se voltea y se queda frente de él mirándolo con furia- Vuelve a mencionarlo y juro que te rompo los huesos uno por uno. -lo toma de la remera con fuerza- No es mi culpa, te diré, que yo sea puta es una cosa, pero que ella lo era también jamás lo veras ¿Cierto? Este juego se puede jugar de a dos. -sonríe y saca su lengua de forma perturbadora-.

_ -el la mira horrorizado por aquellas palabras y la empuja contra la pared- ¡Deja de mentir!

_ Es realmente desagradable la verdad, aún para mí. -le empuja de vuelta y comienzan a pelearse-.

La pelea se ponía cada vez más seria, en un momento tuvieron que interferir y entonces ambos castigados fueron encerrados en sus cuartos.

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Allan estaba hablando por teléfono desde la oficina del director. Su voz era seria.

_ ¿No me va a saludar?...no, no, está bien..... cuídense..saludos. -corta y se queda un segundo estático- --los extraño...

El director llega con un moretón en la cara, el dragón lo mira escéptico y antes de preguntar nada este le dice:

_ Será mejor que le digas a tu compañera que se controle, no fue fácil contenerla de la pelea.

_ ¿Amuria? -dice con real asombro- ¿Con quién?

_ Con Dante, es algo complicado pero siempre pasa...-al ver que no reacciona nota que no sabía- Digamos que él le tiene cierto rencor por algo que le hizo, no diré más porque nunca se sabe. ¿Terminaste tu llamada?

_ -algo extrañado al oir eso- Si, gracias, será mejor que vaya a ver como está Amuria. -se va rápido-

Que bueno que al fin le encontré un compañera a esa niña, ya me parecía imposible, pensó sonriendo cuando un dolor agudo lo hace regresar al golpe.

_ Silva, ¿Me podría traer un hielo para esto?

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Entra la cuarto y ve a Amuria mirando hacia la ventana, ya estaba comenzando a dudar que fuera abstraída de más, había hecho eso todo el día desde que se levantó.

_ -ella voltea al escuchar la puerta y pese a que tenía una mueca de enojo, al verlo solo pudo hacer eso...verlo.-

_ ¿Qué pasa?¿Tengo algo? -dijo y entonces notó algo sobre su mejilla- oh...yo...

_ Allan. -se le acerca y le limpia la lágrima con su dedo pulga acariciando su mejilla- ¿Qué pasa? -sus ojos reflejaban preocupación-.

_-había llorado sin darse cuenta, sintió cierta presión en el pecho y un tanto aturdido se sentó en una de la camas mirando el suelo-

_ -se puso enfrente de él y lo miró con determinación, ¿Por qué se sentía tan mal al verlo así?- ¿Estas enojado porque peleé con tu amigo?¿Qué pasa? Háblame.

_ Yo solo...no se porque...¿Por qué llor....-más lágrimas comenzaron a fluir de sus ojos e intentó ocultarlo-.

_ Oh... -se asusta un poco, no creía lo que veía, jamás había visto a un chico llorar.- Cálmate, yo no se que...-"hacer" pensó un momento pero no soportaba verlo así, le levantó la vista con sus manos en sus mejillas y lo abrazó contra su pecho- Ya, no llores.

El dragón no creía lo que acababa de hacer, Amuria era amable y consoladora con él, apenas se sostuvo de ella y siguió llorando unos minutos más. La diablesa no quería verlo así, y como otras veces él la contenía ahora le tocaba a ella. No sabía porque, pero presentía que era por ese día tan particular que estaba así.

_ -se separa un poco y le besa la frente- No llores más.

_ -él la mira y la abraza acostándose sobre ella, dio unos últimos sollozos-

_ ¿Mejor? -sonrió levemente y acarició sus brazos con sus manos-

_ Gracias Amuria. -se limpia el rostro con su propia mano y un tanto burlón a él mismo exclama- Debes creer que soy un tonto.

_ Eso siempre lo pienso, dime ahora el porqué. -se deja descansar a un lado de la almohada, se sentía bien tenerlo encima, era tan cálido en su comparación-.

_ Hoy, si esperaba a alguien, pero estamos peleados y eso me puso mal. La verdad soy un tonto. -mira hacía ella- Lamento haberte preocupado.

_ Esta bien, solo te pediré una cosa. -recuerda un perdón nunca dado- Si tu quieres a esa persona, díselo y no estés peleado si te hace mal. A veces el tiempo para arreglar las cosas es menos del que pensamos.

_ Es mi mamá. -le dice con un tono un tanto infantil- Yo, al principio me negué a venir a este lugar y le grité. Hoy la llamé pero no me quiso hablar, y no me gusta estar así con ella.

_ Con más razón, ella te perdonará, estoy segura. -cierra los ojos y suspira- Ella te perdonará.

_ -la mira intrigado- Lamento esto, no quise decirte porque como estás con tu hermano no quise darte problemas, más este día pero no soy bueno ocultando cosas.

_ Me di cuenta. -dice normal- Allan...

_ ¿Si Amuria? -le pregunta sorprendido ante su tranquilidad-

_ Abrázame, tengo frío. -le pidió, por primera vez-.

El dragón sonrió y la rodeó con sus brazos. Ambos se dejaron llevar por la paz de esos momentos que solo se deban cuando estaban de esa forma. Allan se levantó apenas y le besó el pecho, mientras subía lentamente hacía arriba cuando se encontró con los labios de ella, los besó con dulzura y sonriendo se dio cuenta que la diablesa no respondía. Tenía los ojos aún cerrados, entonces se acercó un poco más para ver si se había dormido y ella lo toma por sorpresa besándolo con intensidad. Estuvieron un tiempo prolongando aquel beso de companía y solo por la falta de aire se detuvieron y contemplaron sus ojos sin vergüenza.

_ Me gustan tus ojos. -dijo él finalmente-

_ No son la gran cosa, aunque el color de los tuyos tampoco está mal.-su voz era suave-

_ Tu piel es tan suave. -desliza su manos por la pierna de ella-.

_ Espera, no me gusta estar así.-no le permite seguir con sus caricias y lo levanta junto con ella para recostarlo en el colchón a él- Ahora me toca a mi, no eres tan liviano como crees.

_-la contuvo sobre él y sonrió- Tienes razón.

Se quedaron así un rato, entonces como ninguno se dormía Allan se atrevió a preguntar.

_ Amuria ¿Tu tienes familia aparte de tu hermano? -siente como agarraba su remera con fuerza- ¿Fue mala idea preguntar eso cierto?

_ No...solo que..-hunde su rostro en el pecho de él- Es algo que me causa mucho dolor el recordar. -ya estaba transparente, no quería fingir más- Hace mucho tiempo, se podría decir, tenía una familiar...pero todo se ha ido ahora.

_ Entonces, si te causa dolor, sería mejor que te desahogues. -piensa un momento- Quizás si hablas sobre ello, se te haga más ligero.

_ ¿Por qué quieres saber? -pregunta sin más-

_ -el sonríe y entonces dice- Sabes algo, a pesar de tener cinco hermanos más, soy el único que salió híbrido.  Eso siempre me ponía mal, porque pensaba que había algo malo en mí y por eso me peleaba tanto con mi mamá, ella era humana, como yo en parte lo era. Aunque un día lo hablé con la que fue antes mi ex novia, y me hizo mucho bien, porque....ahora que lo pienso eso me hace único y no debería avergonzarme. En mi familia siempre hubo muchas peleas, al final siempre nos arreglamos, no somos perfectos y lo sabemos.

_ -ella lo había escuchado con atención, al mencionar a otra chica se sorprendió y dijo- ¿Cómo era tu ex novia?

_ Ella era muy parecida a mi, tranquila y un tanto simpática todo el tiempo. -su vista se perdió- Su nombre era Johana, y yo la amé mucho.

_ -Amuria reconoce un brillo particular en sus ojos, esa chica había sido única en la vida de Allan- ¿Y qué pasó?

_ -suspiró- Nada, somos amigos. Creo que en parte fue mi culpa por no saber como demostrarle lo que sentía, pero al final, ambos supimos que esa magia del enamoramiento es temporal y no quisimos forzar las cosas.

_-sus ojos se templaron tristes- ¿Aún la amas?

_ No, de eso estoy seguro. -dice confiado y le clava la mirada- ¿Quieres saber por qué?

_ -duda un poco al respecto, no entendía porqué hablaban de esas cosas- Si, dime.

_ Porque si aún la amara, no hubiera podido fijarme en otra persona. -sonríe y la abraza- En ti Amuria.

_ -por primera vez se sonroja con intensidad- No juegues, Allan, no digas tonterías. -se permite por un momento dejar de ser fría y aprovecha para cambiar de tema- Ya que tu me contaste un poco sobre tí, me gustaría contarte de mí..

_ -él se enternece al verla con las mejillas de ese color, quizás había sido muy directo.- Claro, me gustaría conocerte un poco.

_ Cuando vivía en Japón, las personas a nuestro alrededor no eran nada amables con mi hermano y conmigo. En parte porque sospechaban lo que éramos. -suspiró y sus ojos se volvieron más claros de lo normal- Pero nuestra madre nunca nos lo dijo porque tenía la esperanza de que se equivocaran.

_ -nota aquel cambio y solo guarda silencio-.

_ Escapamos con Aiperus...y tuvimos que dejarla. -se calla un momento- Después de eso me volví como soy ahora.

_ ¿Nunca más la viste? -dice con voz baja, ahora entendía como lo había descubierto, ella había tenido madre como él-.

_ La última vez, estaba enojada con ella y luego, digamos que ya era muy tarde para pedir perdón. -comenzó a suspirar, su respiración parecía costosa- Por eso, Allan, arregla las cosas con tu mamá.

_ -los ojos de él se llenaron de lágrimas al escuchar eso, era lo más humano que había escuchado de un demonio, de ella. Luego volvió a serenarse y al escucharla agitada le dijo- ¿Qué ocurre?

_ Nada, ya se me pasa. -su llanto en seco era así, se sentía expuesta, hablar de algo así jamás lo había hecho, ni siquiera con Nana o su propio hermano-

_ Lo sé, Amuria, te diré algo y quiero que no lo olvides ¿Bien?. -la abrazó con más fuerza para mantenerla así de cerca para que lo escuchara claro-.

_ Bueno pero que no sea nada cursi. -bromea un poco para que se le fuera el melancolismo-

_ Yo te quiero. -dijo y la sintió temblar en sus brazos-

Amuria no dijo nada, solo tembló y su respiración se paró de pronto. El dragón se levantó apenas y al verla sintió como cambiaba su energía y la envolvía de una forma extraña. Ella solo cerró sus ojos e intentó levantarse e irse. Allan la contuvo tomándola de los brazos pero al verle los ojos nuevamente, con aquel color rojo sangre, supo que sería mejor que no la presionara. La soltó.
Ella se levantó y salió por la puerta, se sentó a orilla de esta y pensó envuelta en su forma demoníaca.

_ Tengo miedo... ¿Por qué tuvo que decir una tontería como esa? -en medio de sus pensamientos un sonido la distrae de todo. -apenas volteó y vio por la unión de la puerta. Allan seguía angustiado, estaba segura que no era por ella, porque él miraba la ventana como antes lo hacía ella.- Ah...que demonios...

Se levanta y se dirige a él, lo toma del brazo y lo saca del cuarto. No permitía que se lamentara de esa forma, debía arreglar las cosas, en parte por él, en parte por su misma deuda.

_ ¿Dónde me llevas? -dice una vez que reacciona y entonces se limpia rápido el rostro por si alguien los veía-.
_ Detesto que seas así de flojo, vendrás conmigo y hablarás con ella ahora. -dice con enojo fingido y nota que él no se opuso en nada- Ves, debes hacerme caso, yo he hecho las cosas mal y por lo tanto se cómo puedo evitarte esa molestia.

Llegaron a la oficina del director, lugar donde estaba el único teléfono de la escuela. Ella se teletransportó al interior y sacó la traba, luego lo hizo entrar a él. Entonces al darle el tubo notó como temía hacerlo, discó un par de veces y cortó. Amuria no soportó más, al marca por cuarta vez ella tomó el tubo y esperó a que atendieran.

_ ¡Amuria dame eso! -dijo tratando de sacarle el teléfono-

_-espero a escuchar cuando atendieron- Ten es todo tuyo.

_ Hola ¿Quién habla? - la voz era de una mujer, la madre de Allan-

_-quedó callado un momento y con miedo dijo- Yo...Allan...-agregó con rapidez- Lo siento...

La diablesa vio una expresión calma en él, seguramente su madre ya lo había perdonado hace tiempo, solo esperaba que él la perdonara. Era un tanto dulce, salió de aquella sala y sonrió sin darse cuenta.

_ Si tan solo alguien me hubiera arrastrado de la misma forma que yo a Allan, quizás ahora sería distinto. Pero aún así...estoy feliz por él...-recordó aquellas palabras " Yo te quiero" le daba mucho miedo pensar en que alguien podía quererla- Okasan...no te imaginas cuanto te extraño...


Miró por la ventana al cielo, sentía tantas dudas en ese momento. Necesitaba a alguien con quien hablar sobre sentimientos, alguien que la amara sin importar lo detestable que podía ser a veces, alguien...alguien...necesitaba a su mamá...
Una tristeza enorme la invadió, luego el recuerdo del fuego y todo aquello que quedó hecho cenizas, incluso su antigua yo.
Amuria, Amuria, la ceniza en la oscuridad, definitivamente no le había errado en nada la vieja Suzuki.
De pronto alguien la saca de sus pensamientos, siente un escalofrío a su espalda.

_ No se que pueden ver en tí, si solo eres una miserable. -dice el joven de voz ruda-

_ Miserable serás tú, porque a diferencia de muchos, solo ves lo que desesperadamente quieres. Estoy muy cansada como para hablar. -dice y lo ignora- Ya olvídala Dante, tu eres muy bueno como para llorar a una tonta como esa.

_ ¡Deja de decir...-de pronto se calla al ver que el dragón se le oponía- Allan.

_ Ya vámonos Amuria, lamento las molestias. -entonces como nunca, la toma por la mano y comienzan a caminar. La diablesa no pudo reaccionar-.

El joven solo los ve alejarse, al mirar como él la sostenía con delicadeza y ella se dejaba hacer por su voluntad, comenzó a sospechar que quizás no solo le gustaba Amuria, sino también sentía cosas más serias por ella. Tendría que advertirlo, porque él era su amigo y esa mentirosa -como le llamaba- no se merecía a nadie, porque ella simplemente no podía amar a nadie. O eso creían todos en aquella enorme escuela.

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Allan me había mostrado, que era susceptible, que sentía. Y que...me quería...todo mi interior se llenó de dudas. Si hubiera sido un demonio quien lo hubiera dicho, jamás lo habría creído, pero lo dijo siendo más humano que mi misma. Siendo alguien con sentimientos, y no pude dudar de que lo decía en serio. Esto me asustó, era muy distinto a antes, no ...no...podía alejarlo. No quería hacerlo.
A la vez que no quería lastimarlo, y eso era tan común en mi, que pronto...tendría que demostrarle que también tenía sentimientos...o sino podría perderlo.

miércoles, 13 de abril de 2011

Capítulo Quince: Ciega

La diablesa se preparaba para salir, era temprano, entonces Allan se levanta y la mira confundido.

_ ¿A dónde vas? -la mirada con un ojo abierto y el otro no-

_ A lo de mi hermano, te lo dije ayer.-le sonríe de lado- No quise despertarte, solo estaré fuera dos días pero creo que mejor le pido a la lolita que te venga a despertar, hoy sonó el reloj y ni te inmutaste.

_ -el sonrió y con los brazos en la nuca le comentó- Es que duermo, Amuria, ¡Duermo! Ni yo puedo creerme, hacía años que no lo conseguía de tal forma....mmm...no me estarás haciendo nada ¿Verdad? -dijo ahora con real confusión-.

_ Tonto, si te hiciera algo dejarías de servirme ¿No crees? -sonó recia pero luego se ablandó- Ya, mejor me voy así tomo el primer bus.

Amagó a irse por la puerta, tan rápida como siempre, entonces él se levanta y la abraza por detrás. Se acerca a su oído y murmura:

_ Pásala bien. ¿Si? -dijo con suavidad y la soltó-.

_ Claro..-apenas moduló por aquella sorpresa, se había estremecido-.

Salió rápido y sin decir más. El dragón se recostó y suspiró, ya la extrañaba, que patético pensó....

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La diablesa llegó, el gris edificio sin sombra alguna, allí era donde vivían con Aiperus. Había sido un viaje largo, pero lo valía. Entró con cierta emoción y subió por el ascensor. Se miró en el pequeño espejo que allí estaba y entonces notó que sonreía levemente, se veía raro, pero no era nada malo pensó.
Salió y se dirigió, departamento 6 "D", abrió la puerta con su llave y entró casi corriendo. Entonces lo vio tirado en el sillón con un mondadiente en la boca. Dejó la mochila a un lado, fue a su lado para abrazarlo.
El joven levantó una ceja extrañado de esa actitud, se la quitó de encima y igual de serio le preguntó:

_ ¿Por qué tanta emoción? -su cara denotaba un desinterés total-

_ Tenía ganas de verte. -dijo ya con mal humor- que mal her..

_ -el coloca su dedo sobre los labios de ella- olvida eso, digamos que ando preocupado Amuria, eso es todo. -se pone un tanto triste al mirarla, aunque en su interior la maldad sinreía-.

_ ¿Preocupado?¿ Sucede algo? -dijo angustiada y se sentó sobre él, era una costumbre para ella-

_ Nada, te notó diferente, estas entrando a la etapa que Utena nos advirtió y eso me preocupa. -dijo sin disimulo a su verdad-

_ -ella miró al costado- Si lo sé. -luego volvió a mirarlo con una determinación increíble- Pero estaré bien, lo prometo.

_ Eso espero. -susurró él antes de darle un beso sorpresa mientras la sostenía de las caderas-.

Amuria penas pudo responder cuando sintió su lengua rozar con la suya de una forma irresistible, continuó aquella unión hasta que el aire le fue escaso y se separó con más calor que el habitual cuando pasaba eso. Su hermano la miró con picardía y deslizó sus manos por debajo de la falda de ella. Al darse cuenta de sus intensiones se levantó e indignada dijo:

_¿¡Qué haces!?...-se aleja unos pasos- idiota..

_ Vamos, Amuria, aún sigues presa por esa culpa pasada. Deberías olvidar a aquellos tontos. Tu sabes bien que ambos se convirtieron en humanos para evitar la confusión por la debemos pasar. Somos demonios, el que lo hagamos no es gran...-entonces al ver en sus ojos pudo notarlo- ¿En quién piensas?

_ ¿Ahh? -se hace la tonta, no le gustaba escuchar cuando hablaba del pasado- Ya déjame sola.

Se levantó y acomodándose la ropa se dirigió a su cuarto y cerró con llave. Su hermano sumamente confundido inhaló el aire un momento y desde lo más profundo de su mente exclamó:

_ Está ocultando algo. -sonrió y luego volteó los ojos- Puede ser útil después de todo.

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El dragón tenía su cabeza apoya contra una de las mesas del comedor, estaba aburrido y soplar el mechón de pelo de su frente no era tan divertido como parecía. Entonces alguien entra al salón y este se deja caer sobre la mesa.

_ Mao ¿De qué te disfrazaste? -le pregunta levantándose con asombro-

_ Es un traje de lolita. -sonrió sonrojada- Es que me lo dicen tanto que me dieron ganas de vestirme así jajajjaja -ríe dulce y se sienta a su lado- ¿Por qué estás solo?

_ ¿A qué te refieres? -le dice aún más atento a su atuendo-

_ Digo, o estás con los chicos, en el bosque o con Amuria. -dice con un tono raro al último-.

_ Mmm...no estoy de humor supongo. -responde y mira hacía la ventana como si esperara ver algo-.

_ ¿Será por qué Amu-chan se fue a lo de su onii-chan? -pregunta con picardía en la voz-

_ ¿Tu cómo sabes eso? -sin responderle-

_ Anda muy amable conmigo últimamente, y además fue a mi cuarto a pedirme que te despertara a las mañanas. -sonríe- Ella parece que se preocupa por ti.

_ Ya veo...-la diablesa era un recuerdo grato en su mente, pero si estaba amable con Mao, quizás sería una señal que. - Ven Mao, te contaré un secreto.

_ -ella se acercó y esperó-

_-él la olió, no estaba limpia, Amuria había mantenido su palabra. Sonrió y le dijo en broma- Ese vestido te hacer ver sexy ten cuidado. .-no puede evitar reír por lo bajo-.

_ ¡Que tonto! -se aleja jugando con sus coletas- Pero creo que en realidad estas evitando mi pregunta...¿A-chan...te gusta Amu-chan?

_ -la mira sin saber que contestar- Ella es mi amiga, y estoy bien con eso.

_-lo mira con indiferencia.-  Siii....como no...bueno me voy para clase de música, suerte y busca algo para hacer o te aburrirás aún más.

_ Claro. -la saluda con un gesto y se queda pensando-

Mira para afuera, entonce se levanta y va al bosque, tenía una idea.

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Los gemelos, se miraban como si de un espejo se tratara hacían los mismo movimientos y de alguna forma ambos sabían que el otro tramaba algo. El íncubo comenzó a interrogar:

_ Hey...¿Cómo es la vida en aquel lugar donde huist....fuiste? -no disimula su mala intención-.

_ Bien, tranquilo y sin presiones, a diferencia de aquí. -dice seria pero su mirada no parecía enojada- ¿Qué tienes pensado? -arquea una ceja con un tanto de dudas-.

_ ¿No quieres volver a vivir conmigo? -se le acerca y la toma por lo hombros clavándole la mirada, ella aún no lo sabía pero ahora como demonios podía ver más allá de lo que podría imaginarse, había algo en su mente.-

_ Es que...-en un momento pensó en Allan y bajó la mirada- estoy cómoda allá y será mejor, no me gusta pelear con vos.

_ -logra ver un leve color rojo en sus mejillas- ¿O acaso me ocultas algo?

_ No, yo no te ocultaría nada. -le dice ahora intentando salir de su agarre entonces nota que no la soltaba- Ya, Aiperus...

No pudo continuar, el la aprisionó contra la pared y entonces con sus ojos rojos por completo la besó de forma violenta y comenzó a invadir su mente. Amuria sintió dolor, en un momento se dio cuenta lo que su hermano buscaba y sacando su parte demoníaca logro escapar de su agarre y entonces notó que la había mordido. Tocó levemente su labios lastimado y solo lo miró sorpresa y desapareció.

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Ya era de noche de Sábado, el dragón estaba colocando algunas flores en la habitación. Se le ocurrió para darle un toque más ... ¿Delicado?... la verdad él ocupaba la mayor parte del cuarto y bueno, como para darle un detalle femenino, quizás le gustaría a Amuria. Sonrió con inocencia y entonces mientras admiraba su trabajo un luz roja apareció detrás de él. Se voltea un tanto alterado y entonces ve que de la luz sale Amuria, se queda sorprendido. Ella cae al suelo y se sostenía la boca agachada y cubriendo su mirada.

_-se le acerca un poco y se arrodilla- ¿Amuria?¿Qué haces aquí? -al verla de esa forma intenta sacarle la mano que la cubría y entonces nota que tenía sangre- ¿¡Amuria!?

_ -ella se lo saca de encima y se entonces solo dice- No es nada, tan solo déjame sola. -se escuchaba temblorosa, se abrazó con sus brazos y se tiró en la cama-.

_ -algo sorprendido se le acerca pero siendo más precavido solo se sienta a su lado sin tocarla- Pensé que estarías con tu hermano, este... me preocupas...¿Qué te pasó?

_ No importa, solo olvídalo. -se había acurrucado tratando de no pensar en lo que había ocurrido, eso fue tan parecido a cuando...Sus ojos se abrieron con miedo y sin darse cuenta tembló por completo.- ¡Basta! ¡Basta no..! -no quería recordar aquello-.

El dragón no entendía que sucedía, pero no podía quedarse sin hacer nada. No pensó en nada, solo hizo lo primero que se le ocurrió. La abrazó por la espalda y entonces le dijo:

_ Tranquila no pasa nada.

Pero la diablesa no pudo resistir, no quería sentirse así. Se levantó escapando de Allan y sin decir nada salió corriendo por la puerta. Él la siguió, no podía dejarla así, no sabía que le ocurría.
Amuria corrió lo más que pudo, no quería que nadie se le acercara, entonces entró en la biblioteca y se perdió entre los estantes. Se sentó a un costado y comenzó a suspirar con fuerza, el aire le costaba ante su intento de no llorar. Con su cabeza entre sus rodillas fue calmándose con lentitud y sin darse cuenta se había quedado dormida.

A la mañana siguiente se despierta, la herida ya se había curado, se alivió un poco. Entonces al mirar a su lado vio al dragón durmiendo incómodamente sobre los libros a su espalda. ¿Cómo la había encontrado?¿Por qué estaba así? Seguramente la había encontrado ya dormida y ¿Decidió quedarse?
Ella apenas lo toca con la punta de su dedo índice y él exaltado se despierta, al ver un paisaje distinto al de todos lo días se asusta y se da la cabeza con el librero de atrás.

_ ¡Auch! -exclama a menos y luego al ver a su amiga lo recuerda- ¿Cómo estas? -pregunta casi sin importarle el golpe que acababa de provocarse-

_ -lo mira un tanto avergonzada por como había actuado- Bien, lamento que hayas tenido que quedarte aquí, no debiste..

_ No quise dejarte sola. -la interrumpe- Lucías muy asustada y ...yo me preocupé.

_ No tendrías porque, sé cuidarme sola, ahora será mejor que salgamos de aquí antes que alguien nos vea juntos. -se levanta y se ata el cabello en una coleta-.

_ ¿Qué tendría eso de malo? -dice y se incorpora con rapidez-

_ Que pueden comenzar a decir cosas y no me gustan los chismes. -lo mira desafiante- Y tampoco quiero que tu los incites.

_ Como quieras. -se encoge de hombro y la sigue, parecía otra, estaba igual de arrogante y segura que siempre. Pero entonces pensó, que quizás, solo se ocultaba debajo de esa máscara- ¿Por qué volviste? -le pregunta después de un rato caminando por aquel laberinto de libros-.

_ Aiperus y yo nos peleamos, pero no es la gran cosa. -mintió y entonces cambió el tema- Pensé que harías algo mientras no estaba, pero se ve que eres más aburrido de lo que creía.

_ -con solo escuchar el tono de voz supo que mentía pero decidió no decir nada, temía que volviera a ponerse mal- Si, pero no, pasé la tarde en el bosque y busqué algunas cosas para decorar el cuarto.

_ ¿Decorarlo? -dice extrañada-

_ Si, unas flores, digo esta bien que seamos un desastre pero me parecía que te gustaría un toque "femenino" para variar. -sonríe y la mira amable como siempre-.

_ Mmm, si puede ser. -piensa un momento- ¿Por qué lo hiciste?

_ ¿Hacer qué?

_ Lo de las flores. -empezaba a pensar que era raro-.

_ Solo un detalle, Amuria, tú me importas. -le sonríe sin vergüenza y con franqueza- Aunque seas terca, yo me preocupo por todos mis amigos, ¿Acaso lo olvidaste?

_ -ella calla un momento y una media sonrisa se dibuja en su recio rostro- Es algo lindo, lo admito, pero no te molestes...

_ Claro. -responde y se alegra al verla así- ¿Quieres desayunar?

_ -piensa un momento- No, es que no tengo hambre. -desvía la mirada hacía él- Bueno, no de comida...

_ -él la mira serio- ¿De qué tienes hambre entonces? -su voz era cautivadora-.

_ De esto...-lo besa rápido pero en la mejilla- Eres demasiado dulce y tu sabes..que me aprovecharé de eso. -sonríe maliciosa y entonces desaparece-.

Allan suspira, sabía que diría algo así, pero sin embargo no podía quitarse la imagen de la Amuria que había conocido la noche anterior. Parecía tan frágil y temerosa, algo opuesto a lo que veía en ella hasta ahora. La hebi-onna podría tener un corazón, un triste corazón.


Él se quedó pensando mucho tiempo, pronto y con la seria actitud de ella olvidó aquello. Pero al pasar el tiempo no se pudo percatar de que aquella joven de tan alto ego, solo necesitaba de alguien que la acompañara, y con quien pudiera compartir el dolor que la estaba consumiendo por dentro.
Ella pensó mucho en su hermano hasta llegar a la conclusión que sería mejor olvidarlo y hacer como si nada, una nueva sombra en su interior, un nuevo peso que llevar....¿Cuánto más podría aguantar?

domingo, 3 de abril de 2011

Capítulo Catorce: El Ojo de la Tempestad -2-

La diablesa tenía sangre en sus uñas y su caminar era lento y poco amigable. Todo aquel que la veía se daba cuenta que no había dormido, todos temían hablar cuando tenía esa mirada perdida, como si hubiera estado sonámbula y vagando como un ser sin alma.
Sonreía de lado y en su ropa se sentía el olor a tierra, definitivamente no había estado en la mansión. Una chica hizo un leve comentario de su estado y entonces la diablesa se dirigió a ella. Esta puso una cara de miedo terrible, Amuria la sostuvo de una mano y exclamó.

_ Lástima que seas tan despreciable, ni siquiera una escoria como yo te desea...-la suelta y entonces sigue su camino como si nada-.

La joven apenas es liberada se desmaya de aquel rostro oscuro y lúgubre al cual se enfrentó, además de haber notado la sangre en sus manos, le dio miedo y simplemente se descompuso. Mientras esta era ayudada, la diablesa caminaba riendo por lo bajo, muchos decían que estaba loca y otros solo guardan silencio.
Llegó a su cuarto y abrió la puerta, estaba vacía, se dirigió al armario y comenzó a desvestirse de pronto un sonido detrás de ella, no se volteó siquiera, estaba cansada.
El dragón al verla tenía una expresión seria, ni el hecho de que estuviera sin remera, cerró la puerta con traba y entonces dijo:

_ Puede disimularlo, pero no lo podrás ocultar de mí. -le dice con su voz apagada-.

_ No se de que hablas. -dijo buscando remeras, mientras su mente estaba aún bloqueada por lo pasado-.

_ Lo sabes muy bien, al principio no lo pude sentir, pero anoche...-se acercó con ella preparando su aliento-

_ Que co....-siente un calor abrumarla en la espalda, se voltea desafiante y le dice con burla- Ese vientito no es nada comparado al infierno y créeme, he estado allí... -sostiene su brazo pero él era más fuerte y logra arrinconarla en la pared-

_ Mao. -dijo casi en un susurro- ¿Cómo pudiste? -ya su tono denotaba algo de decepción-

_ Vamos, la "lolita" lo pasó muy bien sino mal recuerdo. -dijo con soberbia, sus ojos estaba rojos oscuros, en su voz parecía otra persona.-

_ -él le aprieta el cuello con su brazo- Si, tan bien que casi muere asfixiada. -dijo con sarcasmo y levantando a Amuria bruscamente la tiró sobre su cama y se poso encima de ella-.

_ -río de forma escalofriante ante eso, podría teletransportarse y desaparecer cuando quisiera, pero ansiaba ver que hacía el dragón- Mmm...no me tientes Allan..

_ ¿Yo no soy el que está debajo? -en voz había cierta tensión, al igual que su mirada. Se acercó a su rostro y con algo de duda exclamó- Ella no soporta tanto maltrato, si quieres alimentarte de alguien, que sea yo.

_ Jajajjajajaja -sonaba desquiciada y sin pensar lo toma por el mentón y le plasma un beso en los labios- Kamikaze...-le dice mientras esperaba su respuesta-.

_ -sin poder resistirse, los encantos de ella lo tentaban con demasiada fuerza y sin más la besó apasionadamente. Se separó con algo de nervios y le susurró- No te contengas...

Ella envolvió sus brazos sobre su cuello y lo besaba sin compasión, el poder de una súcubo sin límites era algo en literal impresionante. Amuria se regocijaba al sentirlo, su esencia era tan distinta a la de los humanos que no pudo mucho más, hacía semanas que no tenía encuentros de ese tipo. Deslizó sus manos hacia el abdomen de él y en cuanto intentó...

_ -le toma la mano con fuerza- ¿Es necesario?

_ Recuerda que lo haces por Mao ¿Cierto? -le besa la mejilla mientras se sale de su agarre y le desabrocha el pantalón- ¿Lo dudas? ¿O acaso estas nervioso? -le dice desafiante ante aquella tranquilidad extraña-.

_ No, solo que hace tiempo no hago esto... -dice por lo bajo solo se deja llevar por lo caprichos, "aunque, no solo lo hago por Mao" pensó dentro de si-.

Ella siente que pese a sentirse nervioso él mismo comienza a tocarla de forma brusca por encima del brasier. Suspira un momento y luego sin vergüenza inserta su mano dentro de los pantalones de él y comienza a acariciarlo con lentitud. Allan nota que Amuria tenía experiencia, eso lo ponía tenso, solo se dejó llevar. Entonces la abrazó y le sacó el brasier en un suave desliz, y comenzó a besar y marcar suavemente la piel de su pecho. Amuria se sonrojó, el tacto tibio de él era muy delicado y ella no estaba acostumbrada a que le tuvieran consideración. Una razón fácil, para todos era un puta, así de simple.
Sus caricias se intensificaron, pronto perdió la pena del primer encuentro y poco a poco fueron fundiéndose en un abrazo que se prolongó más de lo que la diablesa pudo esperar.

(...)

Amuria yacía desnuda sobre el cuerpo de Allan, tenía su oído contra su pecho. Lo escuchaba respirar, era tan profunda su respiración, el latido de su corazón era fuerte y claro, en su rostro solo se contemplaba paz....por un momento se había perdido mientras lo miraba. Se sentía más calmaba, inclusive con algo de sueño, pese a que eran las 10 de la mañana.
La habitación estaba oscura, comenzó a pensar, que clase de locura acababa de hacer?
Mientras lo besaba pudo ver el cariño que le tenía a Mao, y eso la hacía sentir un fuego en el estómago, le molestaba. No podría decirse celosa, porque no tenía sentimientos hacía Allan, sin embargo...algo la hacía sentir un tanto insegura con eso. Empezaba a sentirse confundida, se quiso levantar pero entonces algo pasa y ella se queda congelada.

_ No te vayas. -le pide Allan apenas despierto y le acaricia la mejilla con una mano-

Ella se congela, jamás, en lo que llevaba viva...nadie le había dicho algo así y con tal dulzura.
¿Cómo era posible que aún cuando lo utilizó e hirió a su amiga podía tratarla con esa consideración?

_ -como si leyera sus pensamientos respondió- Yo no te odio Amuria, solo creo...que entiendo porque lo haces..pero ahora no quiero hablar. Ven duerme conmigo...

Ella se volvió a recostar sobre él y sintió como acariciaba su cabello con lentitud. Esa clase de cariño, era tan placentero de sentir, pero sus palabras la hacía sentir mejor por sobre todo. Posó su mano sobre el cuello de él y se permitió dejar de pensar para acurrucarse a su lado hasta quedar dormida. El dragón aprovechó aquella oportunidad y la abrazó con ambos brazos, ya no podía negarlo...él quería a Amuria.

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 Se despertó, eran las 5 de la tarde, jamás había dormido tanto. Con cuidado puso a su compañera a un lado, y la miró, lucía tan inocente cuando dormía...
Sentía algo cuando la veía, como si de alguna forma dejara su arrogancia de lado y pudiera ver lo que ocultaba era alguien que había sufrido mucho, eso lo podía saber por sus ojos. Cuando la veía, solo en sus ojos claros, sentía mucha tristeza y era eso lo que lo detenía cuando peleaban o inclusive en esa ocasión.

_ Si tan solo pudieras confiar en mí. -dijo por lo bajo y le sacó el pelo de la cara.-

Se levanta y comienza a buscar su ropa para vestirse, debería darse una ducha pero los baños estaba a un largo camino de los cuartos. Se vistió y antes de irse escuchó a Amuria quejarse, no creyó que fuera importante así que solo se retiró pero puso traba,  no quería que alguien entrara y se la viera desnuda.

Pero quizás hubiese sido mejor que se quedara....

*Dream*

Amuria corría, corría y corría. Estaba buscando a alguien, pero todo estaba oscuro y su voz no se oía en ese lugar. Ve una imagen extraña, un recuerdo.
Ella y Daisuke jugando, pero de pronto él se iba y ella quedaba sin nadie y llorando. Era un reflejo de lo que sentía, entonces vio una silueta, una mujer. Sabía a la perfección quien era, pero se cubrió los ojos y comenzó a gritar, no quería soñar más...

*Dream*

Despertó sobre saltada, se había caído de la cama y gracias a ello logró salir de esa pesadilla. Miró el cuarto, Allan no estaba, que raro. Se levantó y solo se colocó su camisón. Tomó el celular y marcó un número.

_ ¿Aiperus? -dice al oír que atienden-

_ Amuria, dime...¿Has pensado cómo...-es interrumpido-

_ ¿Estás bien? ¿Cuándo vendrás? -pregunta con apuro y con voz alterada, no podía olvidar su sueño, no perdería a Aiperus.-

_ Si, todo bien, suenas alterada Amu. -le dijo sin mucha importancia- Mira estoy ocupado, ven tu, cuando quieras...pero piensa lo que te dije.-le corta súbitamente-

_-ella se congela ante su trato tan recio, tira el celular en la cama y exclama- ¡Baka!¡Baka!¡Baka!

A veces se sentía una idiota por preocuparse por él, estaba muy frío y resentido con ella por seguir siendo una han'gô, pero ella no cambiaría de opinión, no por ahora al menos. Se creía una ilusa al pensar que su hermano continuaba sintiendo cariño por ella, seguramente su corazón ya había perdido ese sentimiento. Ella se puso la mano en el pecho, no quería creerlo y solo lo ignoró...Se vistió con apuro e intentó salir de allí lo más rápido que pudiera. Sin darse cuenta al tomar la perilla, con la traba puesta y el envión que tenía terminó por chocarse contra la puerta.
Ya se había puesto de mal humor, y encima con un chichón en la frente. Se levantó sacó la traba y salió corriendo.

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El dragón ya se había bañado y estaba limpio, sonreía por eso, pero entonces escuchó un comentario que le borró aquella expresión del rostro.

_ ¿Viste lo que encontró Dante en el bosque? -dijo una joven pequeña con terror-

_ No, no, ¿Qué cosa? -preguntó su compañero sin mucho asombró-.

_ Dicen, que entre unos cien o quizás docientos animales muertos, no saben que pasó...dicen que hay un monstruo en el bosque...-siguieron cuchichiando, con caras de horror-.

_ Qué coraje el de Dante para ser el guardián nocturno aún después de las cosas raras que suceden allí dentro. -mencionó otro-.

Allan los escuchó con atención, sentía que eso tenía algo que ver con el intrigante humor que había tenido la diablesa al regresar al cuarto, pensó en hablar con el morocho. Dante se había alejado un poco de él, no tenía gratos pensamientos sobre su compañera y bueno era difícil. Igual no creería que no aceptaría su ayuda para vigilar el bosque. Una poco de ayuda nunca viene mal, se dirigió lentamente hacía el comedor...

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Las noches pasaron, todo se tornó calmo en la residencia estudiantil. La diablesa solo estaba con Allan, lo que le daba cierta tranquilidad y estabilidad. Amuria y él no solo tenía sexo casi todas las noches, el dragón había comenzado a abrirse paso por su persona. Iniciado pequeñas charlas y con detalles un tanto infantiles, pero notó que ella no se negaba a esos tratos. Ambos empezaron a conocerse, de a poco inclusive Allan fue ganando la confianza de Amuria y viceversa.  Llegaron a ser buenos amigos, pero solo faltaba decirlo.

Una tarde, la diablesa recibe una llamada, sale del cuarto y luego de unos minutos regresa con una expresión blanda. Entonces le comenta a su compañero desde el otro lado del cuarto.

_ Este fin de semana iré a ver a mi hermano. -casi podría decirse que se la escuchaba feliz-.

_ Ahh...-se queda pensando y acota- la habitación se sentirá un poco sola sin ti.

_ ¿Extrañas pelear conmigo? -dijo bromeando-.

_ Si, es que me he acostumbrado a tenerte cerca. -admite sonriendo y luego dice- Esta será la última noche que estaremos juntos, ya necesitaba un descanso. -ríe por lo bajo-.

_ Mmm sii....igual no te confíes, yo solo duermo contigo por conveniencia. Nada más. -uso un tono serio, aunque suave-.

_ Quizás...pero aunque solo sea eso, tu eres mi amiga y me gusta estar contigo. -la miró con sus ojos celestes- Te extrañaré Amuria. -cerró los ojos con satisfacción, quería escuchar que diría-.

_ Mmm...-bajó la mirada un tanto sorprendida por aquella confesión- Si, como digas, tu....-dudó un segundo pero continuó- también eres mi amigo..

Se quedaron recostados juntos, era de noche y no hubo ganas de hacer nada pervertido esa vez. En un momento cuando Amuria estaba profundamente dormida tomó la mano de él y la apretó con fuerza. Allan lo notó y también lo hizo mientras pensaba.

"Eres tan bella a veces..."


Totalmente embelesado por aquel dulce gesto. No quería que se fuera, pero seguro la pasaría mejor con su hermano...

O quizás no.

...