viernes, 29 de julio de 2011

Capítulo Treinta: Juicio

— Yo elijo el juicio. —exclamó con todas sus fuerzas y entonces sus partes de juntaron y la luz la envolvió.


— ¡Maldita sea!¡Dios maldigo tu nombre mil veces! —gritó el demonio mayor mientras bajaba sus manos del emblema y la dejaba a su suerte— Supe que lo sabría, yo no tengo porqué quedarme si sobrevive mátala y si es súcubo castígala. Aiperus, no tengas compasión.


El íncubo solo asintió con la cabeza, su padre desapareció, ya solo le cabía esperar
El juicio, la tercera opción, la menos conocida. Claro era lo que todos los han'gôs elegirían de conocerla, porque no es tomar una decisión, sino recibir lo que se merecen sin pena alguna. Era tal cual se oía, un juicio, donde el corazón es puesto a prueba y se decide cuál será la raza dominante sin deseo del híbrido expuesto. 
Mientras el joven se imaginaba cómo debería de ser eso, pudo escuchar unos leves gritos desde otra parte muy alejada del bosque. "Un lobo debe de estar herido", pensó sin preocupación y siguió esperando.


La fuente de esos lamentos se hallaba un dragón furioso aún intentando salir de sus ataduras, no podía conservar su forma por mucho. Cayó de rodillas al suelo y solo golpeaba la tierra con tanto enojo que parecía que se rompería las manos. La impotencia no era algo a lo cual estaba acostumbrado y aún no se rendiría. A pesar de las heridas en sus muñecas y tobillos, él aún lo intentaba.
Ember lo miraba con tristeza, cada unos minutos le pedía que se detuviera, que no tenía caso aunque era inútil ante los sentimientos de Allan. Sabía muy bien que al terminar tendría que buscar otro huésped y huir, seguramente lo mataría por hacerle eso. en un momento pensó en ir él a ver que sucedía, las luces del ritual aún se sentían en el ambiente ¿qué ocurría?
Estaba concentrado intentando descifrar lo que pasaba a su alrededor cuando un voz lo saca por completo de su mente.


— Si tu también la quieres, ¿por qué permites esto Ember?


El joven se le acercó y le levantó el rostro para que lo mirara. Estaba sucio, lastimado y enojado por su culpa, aún así le habló con la misma amabilidad de siempre. 


— Porque yo no soy ella, ni su consciencia, ni su corazón. Y como la quiero, respeté y prometí que sería su amigo, pese al costo de verla transformarse en algo así.


— Pero yo...si soy parte de ella..y no puedo permitir que eso suceda. Suéltame, por favor.


— Lo siento A-chan, no hay más porqué luchar, yo me rindo con ella y tu deberías hacer lo mismo.—cerró los ojos resignado.


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En un plano completamente diferente al físico, a la realidad como muchos lo llaman, se encontraba el alma de la joven luchando por una identidad. Entonces a su lado aparecieron dos representantes de sus razas. De un lado su enemiga, súcubo como ella, Amon; y del otro, su tan misterioso ángel, Azrael. Ella no podía decir nada, el juicio proseguía sin importar su voluntad, aún así con los representantes que le había tocado sabía que el resultado del mismo no podría ser muy bueno.
Una luz brillante la envolvió, Amon y Azrael se separaron y de ellos salieron hilos grises, cada hilo simbolizaba una acción buena o mala que haya hecho. Estos hilos se unieron a las muñecas de la joven, eran más las de Amon. Algo esperable.
Entonces pasaron a la segunda parte, los hilos rojos, éstos simbolizaban a las personas que la conocían y los deseos de ellos por su elección. El de su padre y su hermano de un lado, eran gruesas y firmen, casi parecía que le cortaran la circulación sanguínea; y luego comenzaron a aparecer muchas más pero de Azrael...el ángel como buen orador nombró a cada una de las personas que aparecían:


_ Ryoko,Onix, Nana, Ember, Juliett...—se sorprendió mucho al oír ese nombre, ¿por qué ella?—...Mao, Daisuke y Allan. 


Al decir este último se hizo presente un hilo rojo intenso y aún más poderoso que los demás. Ambas partes de ella tiraban como si fuera un juguete hasta que finalmente se decidió. Y entonces, la cara de ella mostró miedo, mucho, no era como había esperado.
La luz se desvaneció y una parte de ella murió.


— Tu nombre será Amuria y te acompañará por el resto de tus días. —exclamó una voz en su interior.


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Se sintió un temblor, no uno real, uno que sólo la energía puede producir. Allan y Ember miraban hacía la misma dirección, ambos ansiosos por saber el resultado. Entonces a la nariz de Allan llegó un fuerte aroma a azufre, tuvo miedo y no lo pudo evitar, bajó la cabeza y solo rezó.


En el punto del ritual, Aiperus esperaba impaciente por que terminara y al sentir toda esa energía liberarse supo que era hora. Al sentir el olor creyó que había conseguido su objetivo, pero al ver el reflejo del cuerpo oculto tras la luz se quedó espantado, era muy poderoso.
Se siente un grito en seco, un grito masculino, por lo que dragón y han'gô se asustan. Ember lo desata por fin y comienzan a correr hacía el lugar. Pero cuando llegan sólo ven a Aiperus tirado contra un árbol y se sentía como no le quedaba energía para moverse. El íncubo se acercó con cuidado e intentó preguntarle que había ocurrido.


— Es una maldita siempre lo fue...—fue lo único que logró articular antes de desmayarse por completo.


— Juro que de no ser porque sería aprovecharme, lo golpearía. —dijo Allan serio y solo miró hacía un sector de tierra quemada— ¿Lo hizo verdad? Se negó y entonces se dio por vencida.


— No pudo, no creo que sea capaz de algo así, ella nunca...—nota que ya no la sentía, su presencia, su ser, ya no estaba en el mundo de ellos, los ojos se Ember se colmaron de lágrimas que no tardaron en salir de forma abrupta.


El dragón apenas pudo reaccionar, solo se tumbó en aquella prueba de la transformación de su compañera, su amiga, su...amor. Apoyó sus manos, en esperanza de poder sentir su calor de nuevo, pero no había nada, sólo cenizas que el viento comenzó a llevar consigo.
Se abrazó con fuerza y entonces lloró, pero no desesperado como su amigo, no, él parecía llorar en silencio, mientras su pecho se contraía y su corazón latía con demasiada rapidez como si fuese a salirse de su interior. Estaba devastado, todo era silencio, todo era nada, todo...ella...se había ido.


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A la mañana siguiente, Ember se refugió en Mao, de quien no salió por varios años que duró su tristeza. Y en cuanto a Allan, él se quedó en el mismo lugar por unos días, hasta que alguien lo fue a buscar.


— Hermano, ya no vale la pena. —esa voz fría sonaba distinta a otras veces, casi compasiva.


— Ella te lo dijo, lo sabías y no me advertiste nada. —levantó su rostro con los ojos rojos y el cuerpo débil.


— Si, me lo dijo. 


— ¿Por qué?


— Porque los quería, creyó que fue lo mejor. —entonces al ver en los ojos de su hermano, ese celeste resaltado ante el rojo del llanto no pudo sino abrazarlo con fuerza— Perdónala Allan.


— Yo... —le correspondió el abrazo y se dejó llevar una vez más por su desolación— Yo...la amaba.


Después de un buen rato así, el mayor convenció a su hermano y logró sacarlo de ese lugar. Ya no tenía sentido seguir allí solo por un recuerdo de alguien que ya no existía.
El viento soplaba gentilmente sobre ellos, el joven solo se sostenía el pecho como si algo se le fuera a caer del mismo, parecía vacío más bien. Frank al verlo de esa forma, lo sostuvo de los hombros y solo lo acompañó en silencio, sabía que no había palabras para algo así.


Amuria..Etsuko...quien fuera ¿había muerto?














































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El ángel saludó a su protegida, la deposito en su destino y entonces, besándola a modo de simple cariño le susurró:


— Yo lo sabía, mi pequeña, que tu valías mucho más. —sonrió como siempre y entonces le ofreció un último consejo— Ahora deberás crear tu camino sola, Amuria. Has que el amor que te han dado no sea en vano y vive.


La envolvió en sus alas y desapareció de a poco, al compás de la respiración de ella.
Al despertar, se encontraba en una iglesia...


CONTINUARÁ






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¡¡¡Nya!!! Final de la segunda parte, espero les haya gustado, lamento si el final es un tanto brusco, pero todo se aclara a su tiempo, gracias por leer hasta este punto. Significa mucho para mi y ahora a esperar ^-^ Arigato.

1 comentario:

Minae dijo...

Q-Q
Etsuko murio, solo queda Amuria.. el tema es que no se si quedo la parte humana.. o la parte demonio D: lo que si se es que algo la salvo, y es el amor que le tenian D:
Pobre Allan T.T me pone tan triste verlo mal TT_____TT
Seguila rápido nee-chan! me encanto el capitulo, aunque es muy triste T-T