domingo, 26 de junio de 2011

Capítulo Veinticinco: La Trampa

_ Amo, debemos acelerar las cosas, el lazo se rompe y no será lo mismo. -dice el discípulo con gran seriedad- Desearía que me permitiera tomar el rumbo de esta misión por mi cuenta.

_ No sirve si está herida, eso deberás tenerlo en cuenta. Ya no esperaremos más, ni un cambio de Luna más, su transformación debe ser ahora, elija lo que elija. -responde con voz calma hasta cínica en cierto punto- Tienes mi permiso, tráela a nuestro lado y deshazte de todo lo que la mantiene unida al mundo humano. Absolutamente t-o-d-o.

_ Por supuesto, tendré cuidado de no marcarle el rostro o dejarla inmóvil, solo pelearé para dártela como debe ser. -responde y hace una sutil reverencia- Si me disculpa, el tiempo es preciado en este momento.

_ Ve y demuestra de lo que estás hecho hijo mio. -dice con orgullo al verlo partir-

_ Como desees Padre. -dice y se despide saliendo de aquel enorme palacio-.

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Amuria estaba en la biblioteca leyendo sola, sentada sobre un estante y con el cabello recogido. Al parecer estaba muy entretenida en sus lectura, claro, no eran libros cualquiera. Se los pidió a un comerciante de objetos místicos de confianza, pero para que no la molestaran se excuso con leer en la biblioteca. El título era " Luchas & Hibridos" por Josephine Harck.
Cada página que pasaba, cada historia, la desesperaba cada vez más y más. Pérdida, muerte, pérdida, muerte, parecía ser más bien un registro de funeraria que un libro de recopilación.

"Y entonces, el joven Gramer, intentó sublevarse al poder de su antiguo amo, terminando por rendirse. Su fuerza como híbrido no era suficiente...
[...]
Tras mi gran experiencia como mediadores entre demonios, ángeles, bestias y sus creaciones con los humanos, puedo asegurar que si algún híbrido lee estos relatos no encontrará más que la legítima prueba de que el mal dentro de él mismo nunca será suficiente para liberarse de la cadena con la cuan nacieron. Unidos al fuego morirán o entre cenizas decidirán vivir."
~Fin~
La joven furiosa tiró el libro sobre el piso y tan solo sacudió su cabeza como intentando negar lo evidente. 
Sin importan cuanto lo deseara, Aiperus y Abalan jamás la dejarían, porque era parte de ambos y eso no lo podía negar. Los años viviendo como un ser cruel, frío y sin nada, no eran más que una máscara para no ver la realidad, pronto sería como el demonio que le dio la vida... a menos que optara por convertirse en humana. 
De eso tampoco estaba convencida, golpeó el estante a su espalda y entonces siente un regaño.

_ ¡No golpee los estantes Himemiya! -le dice la vieja bibliotecaria desde su despacho-.

_ ¡Si! ¡ya sé! -responde agresiva y se sienta en su lugar, debía pensar en algo-.

_ ¿Quién es usted? -se escucha preguntar a la vieja cuando de pronto se hace un silencio extraño-.

Amuria se asoma desde su lugar, la bibliotecaria no estaba. Se levantó rápido y sacó sus garras mientras se ponía atenta. De pronto una voz a su espalda, siente un dedo sobre su espalda.

_ ¡Ohayo! -dice una niña pequeña, apenas tenía un metro de altura-.

Se voltea y la observa, era chiquita, con un kimono antiguo parecía una muñequita de porcelana. Un listón rosa en medio de su cabeza, sus ojos eran transparentes y sus mejillas rosadas. Parecía un fantasma, una ilusión, no creyó que fuera algo real hasta que está le habló con una voz melodiosa y cálida.

_ Ohayo, Amuria-chan. -dijo con seguridad, "-chan" como si fuera mayor que la diablesa- Te vengo a traer una sorpresita que puede ayudarte. 

_ ¿Ehh?¿Quién eres niña? -dice desconcertada cuando siente que le tira de la remera entonces se pone a su altura- ¿Cómo te llamas?

_ Suzuki, ya me conoces Amuria-chan. -le dice sonriendo- Todo está llendo como lo predije, soy impecable sin dudarlo. -ríe un poco y entonces le da una pañuelo que envolvía algo- Para la suerte joven han'gô.

_ ¿Suzu,...-abrió los ojos casi grita, era, era la anciana Suzuki. ¿Qué clase de demonio era?- P-pe-pero-o, ¡tu eres una anciana!

_ ¡Más respeto que apenas mude de piel nuevamente veremos quien es la anciana! -le contesta enojada y le golpea la cabeza- Mmm, sigues igual de testaruda, mejor. Cuéntame, ¿tu hermano finalmente te traicionó verdad?

_ ¿Cómo lo sabes? -dice cada vez confiando menos en esa niña...anciana...lo que fuera tan rara-.

_ Soy una estrella, lo sé todo, lo pasado, lo presente y lo futuro. Y ahora, me toca entrometerme. -dice y se borra su sonrisa- Sé lo que harás Amuria y creo que es lo correcto, por eso te ayudaré.

_ ¿Me ayudarás? -dice y entonces se arrodilla para darle más atención-.

_Ya deja de ser tan desconfiada, pensé que Allan te ablandaría un poco más....ahhh ya que...-le ofrece nuevamente el pañuelo blanco- Ten, en serio, servirá de mucho.

_-apenas lo toma y siente su mano pesada y como si la quemara, lo suelta-. ¡Qué demonios es eso! -exclama mientras y al caer el pañuelo se habré un una insignia de las wiccas aparece- Un pentáculo, blanco. 

_ Y claro ¿que esperabas niña? -le reprocha y lo envuelve de nuevo- Mientras lo tengas con un pañuelo puedes sentir su efecto pero no te pasará nada, es para usarlo una vez, su poder se activará cuando el momento llegue. Solo debes saber cuando usarlo. -la mira y le guiña el ojo- ¿Entiendes?...Etsuko.

_ -le tomó tiempo decidirse pero ella nunca se equivocó entonces toma el amuleto y lo guarda en el bolsillo de su pantalón- ¿Por qué me llamas así? -dice, pensando que como siempre, ignoraría sus preguntas o la tomaría por tonta-.

_ Porque....-se voltea y comienza a caminar hacía la salida- porque ese es tu verdadero nombre mi niña. -sonríe, le ofrece una mirada llena de inocencia y desaparece tras un resplandor radiante de luz rosa como su listón-.

La chica se queda pensando, mira el pañuelo y entonces se da cuenta. A quien debía dárselo, sale con tranquilidad del lugar, abandonando el libro que tanto le costó conseguir.

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Mao estaba en uno de los jardines cuando ve a un chico pelirrojo acercarse a ella. Tan solo lo ignora, pero este la detiene y la toma por el cuello, la lolita comienza a gritar.

_ Vamos Ember, no te hagas rogar, aparece o sino lo pagará la pequeña. -le decía por lo bajo-.

_ Suéltame. -dijo la joven con un hilo de voz y los ojos llorosos, no entendía nada, pero si Ember no se mostraba por voluntad ella no podía hacer nada- ¡Suéltame!

_ Si, como no, muéstrate demonio cobarde.-desafió el íncubo cuando siente un fuerte golpe en la nuca, se cae a un lado, estaba distraído-.

_ ¿¡Mao estás bien!? -dice el moreno mientras la sostiene en sus brazos-

_ Si, creo que si, me duele la garganta. -apenas se levantó los lentes de la nariz y al verlo se quedó muda- D-da-ante, tu, ¿Me salvaste? -dice mientras se sonroja bruscamente-.

_ Bueno salvar no sería la palabra, no entiendo que hacía ese tipo ... -mira hacía él y como había desaparecido- ¿ehh?

_ -lo abraza un momento llena de pena- Gracias, muchas gracias.

_ -le corresponde mientras ruega porque no notara lo nervioso que se ponía al tenerla cerca- D-de n-na-a-da. -ríe un poco y entonces toma distancia y le dice- Si necesitas algo solo dime...este...Mao..

_ ¿Si? -dice ilusionada-.

_ Me preguntaba si tu..-alza la mirada y entonces se pone en buena porte y con su mejor voz exclama- ¿Quisieras salir conmigo alguna vez? -lo había dicho al fin, tantas veces lo detuvo el miedo pero ahora no-.

_ ¡Claro! -exclama sonriendo y entonces lo abraza rápido y se separa, quizás se emocionó de más.-

_ Ja ja -ríe y entonces le ofrece su mano- Ven vamos a pasear un poco, ¿quieres?

_ ¡Hi! -dice contenta y con sus coletas al viento se relaja y toma su mano para caminar juntos, Mao creía que estaba soñando; bueno si era un sueño al menos era uno bueno-.

En una de las esquina del edificio, el íncubo los miraba alejarse con una expresión de desprecio, al menos eso tendría ocupado a Ember un buen tiempo. La humana tenía más control sobre el cuerpo, y mientras quisiera complacer a su enamorado, el pequeño han'gô no podría salir.
Sonrió satisfecho y entonces se teletransportó, ahora vamos por el segundo, pensó en sus adentros.

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El dragón estaba en educación física, jugaba basket con los demás, estaba todo bien hasta que vio algo extraño que lo desconcentró por completo.
Amuria estaba mirándolo fijamente, como si lo atravesara con la mirada, no parecía normal. La vio cerca de las gradas, entonces por reflejo se tiró el pelo hacía atrás. El corte le hizo bien, solo que ahora le decían "lucero" porque sus ojos celestes eran más notorios, pero no le molestaba.
Fue hacia la joven y entonces bien frente de ella, le preguntó.

_ Amuria ¿Estás bien? -dice y pasa su mano por su mirada mientras siente que lo toma del cuello con fuerza-.

_ Veo que te cortaste el pelo dragoncito. -esa voz no era la de ella, mira a sus ojos, no, no era Amuria- Jajaja ingenuo.

El camuflado lo besa con rapidez, dándole el sueño ardiente al instante. El dragón cae sobre él y entonces ambos desaparecen...

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Amuria estaba en las duchas, sentía el agua caer por su espalda descubierta, se sentía tan bien. Entonces toca su nuca, la marca de Abalan sobre su piel. Todo el pentáculo y lo colocó con cuidado sobre esa zona.
Quemó su piel, creando una nueva marca sobre la antigua, Amuria ya no sería su esclava y eliminar su lazo sería el primer paso. Dejó el amuleto a un lado y lo volvió a envolver con cuidado, se tomó de las llaves de agua hasta que el ardor cediera. Tras unos minutos, se tiró el cabello hacía atrás y terminó de bañarse.

_ Duele más de lo que pensé. -se colocó una toalla sobre el busto y tan solo se sentó un momento- Debo cuidar a Allan, lo más seguro es que mi hermano busque atacarlo, debo levantarme. -se levantó despacio y fue a cambiarse-.

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La diablesa cambiada y con el pelo aún mojado llegó al cuarto, estaba vacío pero no le sorprendió Allan siempre solía llegar tarde. Aunque al acercarse a la cama de él, vio una carta de sobre negro. La tomó en sus manos y vio su nombre escrito...en japones. La abrió con un mal presentimiento, entonces al leerla solo salió corriendo por la puerta dejando caer el papel al suelo.

" Es tan fácil de engañar como tu Amuria-baka.
  Si queres recuperar a tu dragoncito, te espero en el bosque.
                             Aiperus"
No le daban las piernas para cuando llegó afuera que vigilando que nadie la viera sacó sus alas y comenzó a volar mientras observaba cada árbol en busca de alguna señal de Allan.
Entonces siente a alguien tomar de la mano, estaba cayendo, afina su vista y nota que era Aiperus. Se deja llevar hasta detenerse en el suelo. Mira a su alrededor toda esa zona del bosque estaba en tinieblas, evidentemente no podía ser obra de Aiperus, no solo al menos.

_ ¿Inesperado cierto? -dice malicioso mientras en su mano concentra una pequeña llama-

_ Esto no pudiste hacerlo solo...no eres tan fuerte.-dice seria cuando los brazos de su hermano la rodean por la cintura poniendo la llama entre ambos-.

_ Busqué un poco de ayuda Amuria, igual, esto es lo menos que logré. Tengo algo que te va a encantar. -entonces se convierte en niebla y mueve la llama hasta un árbol donde al iluminarlo, la cara de la diablesa se transforma.

El dragón estaba arrodillando y encadenado, tenía alguna marcas en el cuello, se lo veía muy mal. El primer impulso de ella fue correr a ayudarlo pero su hermano la detuvo tomándola de la los brazos y empujándola hacia atrás, el dragón volvió a la oscuridad.

_ ¡Déjalo! ¡Déjalo él está herido! ¡Por favor! -decía desesperada mientras intentaba escapar de aquel agarre-.

_ No es mi voluntad Amuria, es la tuya, tú tienes la culpa de que él esté así. -dice a su oído mientras la soltaba- Sabes bien que no está herido, solo cansado, ha intentado escapar muchas veces, hace horas que lo capturé y tu ni cuenta te has dado. -su voz serena le causaba remordimiento a su hermana-.

_ ¿Qué tengo que hacer para que lo dejes ir? -dice casi sin pensar mientras mira por lo bajo-.

_ Tu lo sabes bien. -la mira y le levanta el rostro con una mano mientras se da cuenta que estaba como súcubo, sus ojos rojos iguales a los de él, y entonces dijo-

_ Pero yo no...

_nuch nuch nuch..-masculla cuando una cadena se hace visible en su mano entonces tira de ella y se siente un lamento del dragón que cada vez le costaba más mantenerse consciente- Piensa en el pobre Allan, ¿Qué te importa más?

Ella lo pensó, pero sin duda alguna en vos le contestó con la mayor confianza que tenía.

_ A mi me importan quienes amo, como cuando quise protegerte firmando primero el trato con Abalan, solo lamento no haberte cuidado de no hacerlo tu también. Perdóname Daisuke. -lo miró en busca de algo que ya no poseía- Ahora, no permitiré que le pase lo mismo a Allan. Yo...-piensa un momento y abre sus ojos como humana- yo me convertiré en demonio si lo dejas ir.

_ Dame tu palabra y sella el trato conmigo. -hizo aparecer un cuchillo en su mano y se corto la palma de la mano, luego se lo tendió a su hermana-.

_ Yo Amuria, juro por el poder que conllevo, mi lado demonio que...-tomó el cuchillo y se cortó la mano contraria a su hermano- Que me convertiré en un ser puro, en una semana. -necesitaba tiempo, aún así tomó con firmeza la mano de su hermano, mezclaron su sangre y ya era una realidad. En una semana Amuria debería elegir.-

Soltó la mano de él, y él soltó la cadena e la hizo desaparecer. Mientras la joven iba en ayuda a su amigo, su hermano burlón le gritó antes de desaparecer unas palabras despreciantes.

_ El amor te ha hecho más sumisa Amuria, tu, que siempre decías ser más fuerte que yo jajajjajja. -se hizo niebla, mientras sonreía. Al fin, tan fácil era para él conocerla, y pronto sería suya.-

Amuria tomó a Allan entre sus brazos e intentó teletransportarse, pero no pudo, su hermano había tomado toda su energía de demonio al hacer el trato. Entonces hizo lo que cualquiera haría, se aseguró de tener bien sujeto al dragón y apenas podían caminaron despacio hasta un claro donde tuvieron que parar porque el dragón ya no podía con su propio peso.
Se sentaron en un tronco de árbol caído y el descansó sobre el pecho de ella, se le notaba cansado y un tanto confundido. La diablesa se sintió muy mal al verlo así, entonces acarició suave su cabeza y lo besó sobre la cabellera. Ya no podía seguir, entonces solo respiró y se tranquilizó un poco.
Pasadas un par de horas, Allan por fin abrió los ojos, se recuperaba rápido por ser mitad dragón, aún así se mantuvo quieto un rato. Al subir su rostro un poco logró ver el de Amuria completamente dormida, no recordaba mucho lo que había pasado, quiso tomarle la mano para levantarla sin asustarla peor notó que estaba sangrando.

_ ¿Que demonios? -se levantó con cuidado y entonces le alzó la mano con cuidado- Ohh Amuria. -negó con la cabeza un par de veces y luego solo transformando uno de sus dedos en garra cortó una parte de su remera y con ella venda el corte de ella. Lo hace con cuidado pero aún así esta despierta-

_ ¿Qué haces? -dice y se despierta del todo y ve su mano- No tenías que. -dice y entonces se levanta un poco e intenta sonreír pero no puede- ¿Te sientes mejor?

_ Si, bastante. -entonces se levanta y le ofrece para ayudarla-.

_-se levanta con él y quedan tomados de las manos- Es increíble que te puedas levantar, pensé que Aiperus sería muy...-entonces al verlo solo lo abraza de repente, con fuerza, estaba muy contenta de poder oír su voz de nuevo-

_ ¿Por qué me abrazas? -dijo extrañado pero contento también, le devolvió el gesto con delicadeza como siempre-

_ Porque quiero. -dice sonriendo y hunde su rostro en el pecho de él- Ayy Allan me matarás por esto...-susurró pensando en lo que había hecho-.

_ Este no es lugar para hablar de eso. -dice sin saber de que hablaba pero bastante cansado como para estar atento en realidad, entonces la mira y le pregunta- ¿estás muy cansada? No debe quedar mucho al cuarto pero si quieres te llevo.

_ Estoy bien. -entonces lo sostiene- El que no puede más eres tu, debes tener mucho sueño, vamos llegaremos en poco si empezamos ahora.

Con un poco de esfuerzo lograron llegar a la entrada, entonces Amuria ve a Ember esperándolos en la puerta de su cuarto. Al acercarse el demonio les cuenta lo sucedido con Mao, la diablesa le dijo que había rescatado a Allan de Aiperus, pero eso el íncubo no lo pudo creer y al verle el corte no pudo más que llamarse al silencio. Amuria deja a Allan en su cama y le pide un segundo para hablar con Ember. Sale afuera y bajo la mirada acusante de su viejo amigo no puede más que decirle la verdad.

_ No tuve opción, pero aún tengo tiempo. -dice y lo mira con los ojos brillosos y nota que en realidad él estaba llorando- Ember. -se sorprende y siente que se cae de rodillas al suelo, desesperada se acerca e intenta ver que le ocurre-.

_ ¡Nos dejarás!¡Cómo pudiste rendirte!¡Tu eras la última que me quedaba! -decía enojado, sus lágrimas eran de rabia, Ember aún sostenía la esperanza de ser han'gô por siempre y eso, se había esfumado. Al ver en su amiga, la más fuerte, la obligación supo que él también tendría que hacerla algún día y no quería- ¡Tonta! ¡Débil! ¡Pensé que eras diferente a todos! -tras esto salió corriendo por el pasillo-.

La diablesa no se molestó en seguirlo, tenía motivo para estar enojado con ella, era la misma reacción que tuvo cuando Aiperus se transformó sin siquiera pedirle opinión. Solo esperaba porque la perdonara.
No tenía ánimos para volver y enfrentar a Allan también, tan solo siete días le quedaban, siete días. Cerró la puerta del cuarto, ignorando por completo el avisarle al dragón, sería mejor que descansara en paz en lugar de liar con sus problemas como siempre.


Amuria se paseó por el colegio, se escabulló a la cocina y sacó un chocolate, le era costumbre comer golosinas cuando no tenía idea de qué sentir o hacer. De un momento a otro siente como su corazón parece asfixiarse entre las dudas e incertidumbre, latía muy rápido, se sintió llena de odio en un momento. Tiró el chocolate al piso, sus ojos estaban de color sangre por completo, sus venas se notaban demasiado y entonces su rostro serio comenzó a sonreír. Su mano derecha temblaba de forma extraña, intentó contenerse pero toda la energía negativa en su cuerpo le estaba jugando en contra.
Lo que Utena-sama tanto le advirtió estaba sucediendo, Amuria estaba perdiendo el control, ya estaba en la línea crítica. Su parte demoníaca y humana se separaban cada vez más y más, ya no tendría una mente, sino dos y ninguna de ellas estaría en su pleno control. Podía sentir el impulso de su parte más recluida, la súcubo que pedía a gritos cumplir con sus deseos y por el otro lado la humana con conciencia que se negaba a hacerlo.

Sin voluntad sobre su cuerpo, su mente ya no era quien decidía, era su cuerpo, su naturaleza indefinida.
 La súcubo se hizo presente y comenzó a buscar diversión, pero no en ese lugar tan común,  no, quería algo más grande. Desapareció sonriendo, cuando en su interior, el pánico reinaba.

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Las cosas se complicaban, el juramento adelantó mi estado, mis partes se separaron. La súcubo era dominante, pero la humana era mi esencia, ambas elegían cuando salir, cuando la otra se cansaba. Pasé dos días en aquel limbo de las dos caras de mi ser, cuando por fin me descubrieron y entonces...pedí por ayuda, ayuda a que pudiera descansar de esa lucha interior. Me estaba destrozando por dentro, sentía como si el fuego y el agua chocaran, no uno apagando el otro sino como si simplemente explotaran ante el contacto.
En cuanto Allan me encontró supo, que no era yo, no era Amuria...era el demonio dentro de mi.



1 comentario:

Minae dijo...

Amuria TT__TT
Maldito Abalan, seguro le va a hacer algo malo, algo le tiene planeado >.<
Me da mucha lastima Ember, cómo se pone cuando se entera de la decisión de Amuria D:
Y Suzuki, yo sabía que volvería ^.^
Allan x3 Allan soy tu fan! (gomen xD)
Me encanta, es muy genial, esta muy bien pensada ^^