sábado, 7 de mayo de 2011

Capítulo Diecisiete: Voces

Los rumores, viajan más rápido que el viento mismo, aún más en una escuela llena de adolescentes llenos de curiosidad e intensiones varias. Entonces como era de esperarse los chismes llegaron a quien iban dirigidos.

Allan se sentó en la mesa con su grupo de amigos, y como una manada de lobos, cuyo líder era el más confiable de todos, procedieron a advertirlo.

_ Al, tu sabes que todos te apreciamos y por eso te queremos decir algo. -se miraban entre sí mientras el dragón solo observaba su comida sin mucho interés- Si sientes algo por tu compañera de cuarto es mejor que lo dejes y no te ilusiones...

_-él los mira y solo los escucha-.

_ Mira, eres alguien muy bueno para ella, y aunque no lo quieras ver...ella no es una buena persona. -hizo un pausa y Dante siguió sus palabras- Todos aquellas que han confiado en ella o han intentado quererla terminaron lastimados, y no queremos que te pase a ti también.

_ ¿Alguno de ustedes ha hablado con ella alguna vez? -preguntó serio y bebió un sorbo de agua-.

_ -todos se miraron y uno con una risa burlona exclamó- Todos sabemos que no es necesario a hablarle para que...-uno le tapa la boca-

_-Allan frunció el ceño molesto, sabía a que se refería y de repente unos celos lo invadieron y se levantó para retirar.- Si la conocieran, no serían así con ella.

_ -de pronto Dante se levanta y le grita- ¡A ella no le importa los sentimientos ajenos! Es egoísta y lo verás, al igual que yo...porque yo confié en ella Allan.

_ -el dragón voltea y lo mira, no mentía- ¿Qué te hizo Dante?

_ Ella, me quitó a la persona que más quería, por eso la trato como ya sabes...-su mirada estaba llena de furia- Aunque me contradiga, se bien de lo que es capaz, nunca va a cambiar, y es lamentable que te molestes en protegerla. Ella nunca te mostrara cariño alguno. -su voz era fría y hería con cada palabra-.

Allan lo mira, una sombra de duda aparece en él...tenía que pensarlo, estar solo un tiempo.

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Amuria estaba en el cuarto de Mao ayudándola con unas traducciones. No sabía si era por el trato con Allan o qué pero últimamente se había hecho muy apegada a la pequeña lolita que siempre encontraba algo que contarle. La japonesa estaba encantada con su ayuda, así que la tenía de hermana mayor por así decirlo, aunque la diablesa le había pedido que no la llamara onne-chan.

_ Ne....Amuria-chan...-dice mientras terminaba sus tareas ya sola- ¿Alguna vez te has enamorado?

_ ¿Enamorado? -dice recostada en la cama de ella- No, nunca, ¿Tu? -sabía que solo quería hablar así que solo le llevaría la corriente-.

_ A mi me gusta alguien, pero no se qué hacer. -dice divertida y sonriendo- Es un poco grande para mi, y pensé que quizás podrías ayudarme, pero si nunca te has....-piensa un momento- ¿Te gusta alguien?

_ -Amuria la mira, sin saber le contestó- No se, quizás, no. -¿Tenía dudas?-

_  Mmm mira vos...-ríe por lo bajo- Sabes, a mi me gustan los chicos dulces, tiernos, pero callados. ¿Tu?

_ -piensa, nunca tenía charlas como esas.- Altos, callados también...y no se...

_ ¿De ojos celestes? -dice fingiendo inocencia-

_ Si, porque no. -contesta sin percatarse de la indirecta-.

_ ¿Crees qué es fácil? -dice un tanto curiosa por saber que pensaba ella-

_ No, el amor siempre me ha herido. -luego recuerda que Mao aún era muy chica para conocer tal decepción- Pero, yo porque soy una amargada, tu seguramente encontrarás alguien que te cuide.

_ Pero el amor no es solo cuidarse Amu-chan. -entonces cierra los ojos y dice de forma serena- Amor es respetarse, preocuparse por esa persona, escucharla y poder abrir nuestro interior a ella sin miedo. Yo quiero a alguien que pueda darme eso. -la mira de reojo- Tu, debes verlo y te darás cuenta que hay alguien que gusta de ti.

_ -ella abre los ojos y se sonroja, sin control alguno, recordando ese "Te quiero".-

_ Veo que ya te has dado cuenta...-dice un tanto cuidadosa con el tono que usaba- Tu no eres como todos dicen, porque tu voz te delata, yo creo que serás capaz de aceptarlo. -no dijo en ningún momento el nombre del chico-.

_ -entonces no puede evitar sentir esa presión en su pecho- Yo no puedo, Allan es muy distinto a mi y no entendería...

_ Amu-chan. -la mira y sonríe- Cuando lo miras tus ojos brillan, y él sonríe con ilusión.

_ ¿Como..

_ Digamos que soy pequeña, pero son mis amigos y pude notarlo. Cuando fuiste a pedirme que lo levantara, cuando él me pidio ser buena contigo, ambos son muy atentos. -ríe por lo bajo- Al igual que testarudos.

_ ¡Yo no soy testaruda! -recrimina y luego ante las risas de su compañera suspira cansada- Aún así, eso puede ser falso, es mi amigo y no quisiera perderlo por sentir algo más.......no estoy diciendo que sienta nada, solo estoy diciendo...

_ Sii..-dice con poca fe en esas palabras- Pero, demuéstrale tu amistad, yo soy mujer y entiendo ciertas cosas....no me importan los rumores de ti. En cambio los hombres, pueden dudar mucho por esas cosas y no me gustaría verlos peleados. -le hace ojitos de perrito mojada-.

_ -se larga a reír ante esa expresión y le pregunta- ¿Y cómo hago eso?

_ Solo háblale y dile que le aprecias, tu sabes, a pesar de ser mayor que yo no eres muy lista en cuanto a estas cosas. -dice irónica y se levanta mientras le dice con voz picarona- No seas tan tímida.

_ -levanta las cejas escéptica, era la misma lolita la que le estaba diciendo algo así a una súcubo como ella, que patético y raro, pensó-.

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La diablesa entró en la habitación, estaba vacía, se sorprendió ya era bastante tarde. Entonces se colocó el piyama y se puso a hacer unas cosas, mientras escribía sobre el escritorio veía las horas pasar por el pequeño reloj despertador. Algo andaba mal, Allan se estaba tardando demasiado, ya eran las dos de la mañana y no daba señal de vida. Amuria no pudo evitar mirar por la ventana hacia el bosque, esperando verlo aparecer para esconderse y fingir que no lo esperaba. Pero nada pasó.
Se puso una campera larga y fina que tenía a un costado de su cama y salió por la ventana. Entonces se adentró en el bosque sin saber por dónde ir. El lugar era bastante lúgubre de noche, las sombras, el frió, los colores confusos de los arboles y caminos. En un momento, sintió algo, un calor cerca. Supo que tenía que ser él. Comenzó a correr en la dirección que recibía esa energía, no sabía porque corría, solo corría.
Entonces llenó a un pequeño claro donde la luz de la luna parecía danzar en la briza. Él estaba acostado en un árbol dormido encima de de una de las ramas más altas. Amuria liberó sus alas y subió para verlo con más con atención. Lucía bastante tranquilo, ve un papel en su mano, entonces sin pensarlo lo toma y lee.

" ¿Vale la pena sentir por alguien tan fría y sin sentimientos?"

Se quedó congelada unos segundos, no podía creer que Allan había escrito algo así sobre ella, en parte era así pero tampoco es...La mente de Amuria se nubló un instante, sus ojos brillaron rojos de ira y como para completar las cosas, el dragón despertó.
Al ver las alas y los ojos no pudo evitar confundirse.

_ ¿Johana? -dijo aún dormido cuando siente como la rama que lo sostenida se cae junto con él, quien alcanza a reaccionar y saca sus propias alas.-

Mira a lo lejos, siente que era un demonio, y uno bastante fuerte por el momento. Voló hacia a gran velocidad y al alcanzarlo se sorprendió. Era Amuria, ¿Qué hacía ahí? Una sonrisa torcida se formó en su rostro, le había llamado Johana, seguramente por eso se había enojado pensó pero antes siquiera de que pudiera explicarse la sintió ir hacia él y ambos se tomaron de las manos empujándose mutuamente.

_ ¡Amuria que demonios haces! -le gritó él pero al verla como demonio completo se asustó en serio.-

_ ¡Ser un demonio!¡Eso hago! -le dijo y entonces enciende sus manos en fuego y ríe un tanto histérica, estaba dejándose llevar por sus emociones y perdiendo el control- ¡Tu no sabes lo malvada que puedo ser!

Allan supo que ya no era la misma, sus ojos se veían más rojos que nunca y a su alrededor se había formado un aura oscura. Entonces, a pesar de no querer hacerlo, se transformó en dragón por completo. Sus ojos eran rojos como los de Amuria, ya que los dragones descendían de demonios, tenía un cuerpo bastante grande pero atletico, sus garras y cuernos eran verdes oscuros, su pecho marrón y las escamas que lo rodeaba de un rojo intenso que brillaba ante la tenue luz nocturna.
Fue hacía la diablesa e intentó pararla, pero al sentir la resistencia no pudo y la soltó, no quería herirla y tampoco dejarla así de loca para que ella lastimara a alguien.
Amuria solo sonrió con malicia, de verdad lucía como un demonio, creo una bola de fuego y la lanzó contra su rival. Él se cubrió con sus escamas y lo soporto, ambos eran del mismo elemento, eso no funcionaría. El dragón se movió rápidamente sobre lo cola y logró tirarla al suelo. Se colocó sobre ella, esta se teletransportó y lo tiró de espaladas a él.
La paciencia de Allan se agotaba, no quería llevar a más las cosas pero ese golpe le dolió de verdad. Entonce decidimos volvieron al aire, esta vez con real intención fue hacía ella para detenerla. ella se escapaba bromista y lo hacía ver a todos lados cada vez que la perdía de vista. El dragón era fácil de engañar pensó.
Allan cansado de esa broma y sus continuos golpes, esperó y en cuanto la sintió se volteó y la golpeó, sin darse cuenta, con mucha fuerza. Ella se estrelló contra un árbol y se lastimó la espalda, una de las ramas le habia hecho un corte. El dragón se percató de ella al escucharla dar un grito de dolor, fue en su socorro pero la diablesa mal interpretó su intención y abriendo sus alas lo tiró hacía atrás con sus piernas.

_ ¡Amuria ya basta! -pidió usando su voz y agregó- ¡yo no quier....-abre sus ojos con sorpresa, ella se había teletransportado hacía él y con sus uñas le había hecho un gran corte en el estómago-.

Él calló y entonces poco a poco fue regresando a su forma humana, se tocó la herida con la mano y vio que estaba sangrando demasiado. Comenzó a gritar un tanto asustado y otro por dolor, quedó de rodillas tratando de contenerse.
Amuria bajó hacia él, dijo aún con maldad.

_ ¿Ya no quieres jugar? -al escucharlo gemir de dolor, al ver la sangre, se arrodilló frente a él- ¿Nee...Allan?

Entonces él la miró con verdadero sentimiento, pero sin llorar y un tanto aturdido.

_ Eres una tonta. -le dice y apenas sonríe pero luego su mueca solo fue dolor y se agachó sin más-.

Los ojos de ella se vuelven marrones, no sabía como, el ver como su sonrisa se desvanecía le provocaba tal reacción. Poco a poco se transformaba en humana, retomando su consciencia, cuando por fin reaccionó.

_ ¡¡Allan!! Gomene, atashi...-se acerca a él y lo escucha decir-

_ No te entiendo...ayúdame. -le ofrece un brazo-

Odiaba hablar así pero estaba asustada, después de mucho, estaba asustada. Lo tomó en sus brazos y lo teletrasportó con ella a la habitación. Pronto saldría el sol y si alguien lo veía así ambos tendrían problemas, tomó lo primero que encontró, una sábana y la cortó en varios pedazos, no lo podía llevar a la enfermería sería muy difícil de explicar. Estaba a punto de colocárselas cuando él la detiene y ya un poco pálido le dice:

_ Espera, esto ayudará. -mete su mano en su boca sacando un buena cantidad de saliva, un poco más espesa que lo normal. Luego la untó en la herida y sosteniéndose con fuerza de la campera de Amuria llegó a decir- Estaré bien, solo trata de contener la sangre.

_ Hai...-dijo un tanto impresionada por aquello, quizás asqueroso pero Allan sabía lo que hacía-.

Lo envolvió con cuidado mientras sentí como apretaba su campera con esfuerzo. Cuando pasaba las vendas por su espalda y ella misma se agachaba para hacerlo sentí un agudo dolor en su espalda pero lo ignoró y se enfocó en él. Una vez que terminó lo cubrió con sus sábanas y se quedó a su lado.
Escucharon golpes en la puerta, Amuria se levantó con apuro y solo intentó lucir lo más normal posible. Abrió la puerta, era el director.

_ Srta. Himemiya ¿Dónde está su compañero? Es común que usted falte a clase, pero él es distinto pasó algo. -la miró con duda-.

_-vaciló un momento- Es que hoy se sentía un poco mal y me quedé a cuidarlo. -le inventó y trató de lucir tranquila- pero ya está mejor.

_ ¿Qué tiene? -entró al cuarto y lo vio dormido, tenía una apariencia media cansada- Debería llevarlo a la enfermería.

_ No, es que...-piensa rápido- no quería preocupar a nadie, y a mi no me molesta cuidarlo, solo se sintió decaído pero no es nada en serio.

_ -el hombre la mira, podría ser que lo engañara pero ella no era de mentir, era demasiado honesta- Bueno, lo dejaré a tu cuidado entonces, solo que debes llevarlo a la enfermería si empeora, en todo caso saca lo que quieras de allí te doy permiso. Cuídalo Amuria. -va hacia la puerta-.

_ Si, claro. -dijo seria y entonces cerró la puerta-

_ Amu...-llega a decir el dragón que estaba despierto pero aún dolido-.

_ Allan. -se voltea rápidamente y va hacia él, entonces siente como la toma de la mano y la empuja hacia él- ¿Qué haces?

_ Ya no hables. -la abraza cuando siente algo en su mano, recuerda que ella también estaba herida pero..-

_-se da cuenta de como la acariciaba con delicadeza- Tranquilo, no siento dolor, ya sanará. Ahora dime...¿Cómo te sientes?

_ Mejor, ya debe haberse cerrado pero aún me cuesta moverme. Eres peligrosa cundo te enojas, en serio. -dice serio, sin bromear. Entonces la sostiene con un brazo y se lame la otra mano he intenta ayudar a la diablesa con su espalda pero esta no se lo permite- Amuria...-la mira con confusión y agrega- Déjame ayudarte.

_ No, fue mi culpa lo que te pasó, me lo merezco. -se alejó un poco pero aún así lo sostenía con una mano, esa conexión era muy común entre ellos- ¿De verdad piensas eso de mí Allan?

_ ¿Qué cosa? -dice sin entender, no se había enojado por aquella confusión de nombres-

_ De si valía la pena sentir por alguien tan fría y sin sentimientos. Solo conozco una persona que encaja con algo así. -mira hacia el suelo-

_ Yo no escribí eso. -le aclara y apenas se voltea hacía ella- Ese papel lo encontré en mi mochila y lo iba a tirar pero no me di cuenta y me quedé dormido pensando...

_ Ahh...-se sintió una tonta por haber pensado eso, de verdad, el dragón no diría algo así o al menos Amuria no quería que lo hiciera- Y....¿Johana?  -ya aquí tenía un tono de celosa-.

_ Es que..-piensa en lo pasado- estaba dormido, y por tus alas pensé que eras ella, te pareces a un..

_ dragón.. -completa ella y sonando arrepentida exclama sin mirarlo- Lo siento, de verdad, no quise hacerte daño.

_ -él se levanta apenas y le acaricia el cabello sin soltarle la mano- Está bien, ya pasó, lamento lo de tu espalda, me salí de control y no me medí, en parte fue mi culpa también.

_ Lo hiciste para detenerme, yo tampoco me di cuenta de lo que hacía hasta que...-recuerda la cara de Allan y el miedo que la invadió en ese momento- No vuelvas a asustarme así, si vuelvo a ponerme de esa forma, no seas tan tonto como anoche.

_ ¿Te asusté verdad? -dice un tanto sereno al sentirla de esa forma, al usar tanta energía en el combate de seguro no estaba muy altiva ella tampoco. A los minutos que no respondía , él no insistió solo se recostó y la jaló de la mano- Ven, duerme conmigo un rato.

_ -ella lo mira un tanto confundida y sin pensarlo se acuesta con cuidado a su lado y se le queda mirando fijo a esos ojos celestes tan extraños- Sabes, yo...-no sabía que decir-... tengo sentimientos.. -se acurruca en el pecho de él pero sin apoyar su cuerpo en el suyo-.

_ Lo sé, tranquila, no importa lo que me digan. Solo sé y creo lo que tu me demuestras, aún pienso lo mismo que la primera vez que nos reímos juntos. -la diablesa se sorprende de su memoria, él la mira y sonríe- Nos llevaremos bien.

Ella lo abraza ligeramente por el cuello, como siempre, él la sujeta con delicadeza, como siempre. Se miraron hasta que ambos notaron que estaba sonrojados, pero no les importó. Allan se acercó con cuidado, un tanto tembloroso y con suavidad sus labios apenas rozaron lo de su amiga, ella también temblaba ante aquel simple contacto. Se quedaron así un lapso corto de tiempo, pero en realidad ninguno quería separarse, el calor, esa sensación entre ellos. Amuria quedó un tanto aturdida en un momento y se separó con cuidado, no se parecía en nada a los besos que había dado en su vida, y vaya que eran muchos.
Él la miró apenado y pegó su frente con ella, sonrió por lo bajo,  susurró:

_ Se que esto te sonara tonto y cursi, pero es como si...-hizo una pequeña pausa- fuera mi primer beso.

_ No es tonto. -apenas respondió, porque ella lo sentía así, era extraño. Solo se quedó así, seguro eran ideas suyas, pero esa sensación de costillas seguía en sus labios, haciéndola dormir con una sonrisa...ambos...juntos.

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Jamás olvidaré ese beso, porque nunca se volvió a repetir, fue y será único para ambos.
Aún no me atrevía a decir nada, pero era muy obvio que Allan se daba cuenta, como de a poco nos fuimos haciendo más humanos. Desde aquel incidente, nos volvimos más considerados, yo en especial, comencé a tratar de bajar mi nivel de agresividad ya que al parecer no tenía tanto control como pensaba. Y él solo dejó que todos se cansaran de advertirle para de eso forma demostrarles, que yo podía cambiar...o más bien...que nunca fui tan mala como los demás creían...
Quizás aquello pudo haber pasado, si en esa noche recuperamos o despertamos cierta inocencia que creía perdida, ¿Por qué no cambiar?¿Por qué optar por él?¿Por qué no?
Porque no era solo yo,yo nunca fui una,yo era una mitad. Y mi otra mitad reclamaría lo que era suyo, entonces...¿Qué debía hacer?.

1 comentario:

Minae dijo...

Amu!!! Allan!! T__T
Noo.. no peleen! >.<
Espero que no esten mal.. Allan con su corte, y Amu con la espalda D:
God, no puede ser que escribas capítulos tan buenos nee-chan, espero con muchas ganas el próximo cap ^^
Saludos n-n