miércoles, 25 de mayo de 2011

Capítulo Veinte: Caiste

Amuria se despierta, la luz del sol iluminó su cuerpo semidesnudo, sentía el calor de aquellos rayos posarse sobre ella. Una sensación extraña la invadió al encontrarse sola, Allan se había ido, ¿Por qué tenía esa necesidad por verlo a su lado? Estaba extraña, seguramente lo que pasó con su hermano la había puesto sentimental. Se asomó a la ventana y solo observó el pasto brillar con leves gotas de rocío adornándolo como si fuese algo mágico. Su visión del mundo había cambiado tanto, estaba tan introvertida en sus problemas, en sus decisiones que pronto aquella serenidad del sueño se desvaneció.
Solo en segundos las miles de experiencias, confusiones, momentos..que la llevaron a ese día pasaron por su mente. Se sostuvo de una pequeña repisa y con un tono lamentable exclamó:

_ ¿Qué debo hacer? -sus labios temblorosos no pronunciaron más palabras en ese día-.

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Allan estaba en clase, cuando de pronto alguien toca al salón y el profesor lo llama. Alguien lo buscaba, el dragón se sorprendió de esto, no tenía idea. Salió y se encontró con la lolita un tanto desalineada para variar.

_ ¿Qué pasa Mao? -le pregunta al ver que no le decía nada-.

_ Este quería saber si estas libre esta noche, necesito hablarte sobre algo. -dice seria, pero luego sonríe- Pero no es nada urgente, solo eso.

_ Mmm.. -era un tanto rara esa actitud de ella- ¿Hablar de qué?

_ De algo, vamos Allan, aquí cualquiera escucharía. -dice y mira a los costados, muchos chicos transitaban por allí, tenía razón- En fin, ¿Cuento contigo?

_ Claro, solo dime el lugar. -cede al final ante la tierna carita de su amiga-

_ ¡Bien! -exclama infantil como siempre- Está noche en la biblioteca, allí nunca va nadie excepto los nerds pero luego se van a jugar laberintos y dragones.

_ Okey, nos vemos entonces. -dijo y le dio la espalda, ella también lo hizo pero al mover su cabello, el aire se turbió. El dragón sintió algo y la miró alejarse- Es como cuand...no, no puede ser. -se regañó a si mismo y regresó a clase-.

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Aiperus estaba en medio del bosque, parecía estar meditando pero en lugar de paz había soberbia en su expresión.

_ Será muy fácil, como cuando, Onix dejó de confiar en ella, Allan también lo hará. -recordó muchas cosas ocultas ante su hermana- Solo se necesita una sospecha, y ella caerá como siempre, porque nos necesitamos mutuamente.

A su alrededor una presencia fuerte, se volteó, una yuki-onna, inusual de ver en un lugar así. La gélida mujer lo miró con enojo y le tiró un papiro que este agarró sin esfuerzo alguno.

_ Ten.

_ No has cambiado nada. -exclama al reconocerla-

_ Por fortuna, a diferencia de ti. -lo mira con desprecio- Yo no soy un demonio.

_ No, eres uno delos entes a nuestro servicio, así que, tendrás que acostumbrarte porque pronto serás de mi propiedad. -dice serio-

_ Lo sé, mi actitud no cambiará. -desapareció en una ventisca-.

El demonio se quedó leyendo, era una nueva táctica de lucha, algo de lo que había escuchado pero nunca pensó real. Explicaba el cómo y para qué, sonrió malicioso.

_ Así que fue por esto que Amuria se convirtió en súcubo, ja, me servirá. -se levanta y quema el papel- Ahora si, estoy seguro que lo lograré.-

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En la habitación de Amuria un luz a su espalda la alertó pero antes de poder voltearse ya lo tenía encima. Aiperus la miraba con atención, tanto tiempo separados, había olvidado cómo era de atractiva, no pudo evitar sentí tentación pero lo superó y sin más le dijo:

_ No vengo a pelear. -se alejó unos pasos para que no lo viera como amenaza y miró hacía otro lado-.

_ ¿Qué quieres? -dijo un tanto confundida y se cubrió con la sábana, estaba recostada.- Este...

_ Tu fuiste quien dijiste que los hermanos no debían tener vergüenza entre sí, ¿Recuerdas? -dice con tono melancólico-.

_ Si..lo recuerdo. -dice y mira por lo bajo, recordó ese momento, eran tan pequeños- Te escucho.

_ Verás no me gusta la idea de que estemos así. -le toma una mano y la acaricia con cuidado- Quiero que hablemos, pero sólo de nosotros, bien. -la abraza levemente y con una cara de tristeza dice- Yo quiero volver a quererte.

_ -Ella le corresponde el abrazo, y sintió que lloraría, aún no podía. Solo se quedó así un rato, hacía tanto que no le decía algo así, que al sentir tan cerca de su piel lo sintió parte de ella, como cada vez que lo tenía junto, era su otra mitad en alma- Bueno, iré pero nada de trampas o sino, no te perdonaré esta vez. -dijo en broma pero iba en serio-.

_ Lo prometo. -dijo y entonces sintió como lo besaba, chan, lo consiguió, confió en él, "grave error" dijo irónico en su interior-

_ -lo besó con ternura, pero aún se sentía raro y diferente a antes, no le importó y solo se separó para abrazarlo y pedirle- Solo dame unas horas a prepararme y salimos a caminar para hablar ¿Quieres?

_ Claro. -dice y le sonríe inocente, luego le besa la mejilla con suavidad y le dice- Te espero.

Se levanta y cierra despacio la puerta.
La diablesa se queda sonriendo, quizás solo la presión los alteró un poco, pero si aún quería una oportunidad para arreglar las cosas había motivos para que se ilusionara. Se levantó y buscó ropa, mientras pensaba en qué excusa le podría a Allan.

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Ya era tarde, el dragón de dirigió a la biblioteca, estaba todo oscuro pero él no lo notó porque podía ver en ella. Entonces llamó a su amiga:

_ Mao, ¿Dónde estas? -exclamó y retumbó en las paredes gruesas de aquel lugar-.

_ Aquí, ven Allan. -dijo su voz aguda y entonces el dragón comenzó a seguirla, la puerta de la biblioteca se cierra a su espalda, corre hacía ella pero estaba trabada.- ¡Mao no es gracioso! -dice con enojo y comenzando a preocuparse.

_ Jajajjajajjajaja -una risa histérica y siniestra-

_ ¿Mao? -camina entre los oscuros estantes de libros, hasta que la ve, estaba sentada en el suelo. Va hacía ella y cuando está a punto de tocarla esta ríe y levanta su cabeza hacía él-

_ Caíste dragoncito.

Una luz roja los envuelve a ambos, parecía un campo de fuerza, un libro negro en los brazos de la japonesa, se estaba alimentando de ella. Allan intentó escapar pero no podía atravesar ese campo, ni siquiera como dragón pudo, comenzó a gritar a pedir ayuda pero nada se escuchaba por fuera. Intentó despertar a Mao de ese trance pero era imposible, entonces al acercarse a ella lo sintió, lo supo.

_ ¡Maldito! -era su olor, igual al de Amuria- ¡Deja a Mao! -gritó desesperado e intentó sacarla de allí con él pero era inútil, el hechizo duraría toda la noche-

El dragón supo que estaban solos, si Aiperus no estaba allí, eso quería decir que solo lo había distraído por algo....

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En frente del bosque de sombras, una joven de cabello rojo y largo comenzó a caminar siguiendo el aroma de su hermano....

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La verdad, fui muy tonta.


CONTINUARÁ

1 comentario:

Minae dijo...

Oooh no D:!!!
God, NO, NOOO..
MALEVOLO AIPERUS, YA LE ESTOY TENIENDO ODIO!!! >.<
Qué hará? Qué le hara a Amu?
Allan y Mao, god.. que desastre! >.<
Espero el siguiente capítulo, quiero saber qué pasa!!! D:!!!!!