domingo, 12 de junio de 2011

Capítulo Veintitrés: No Kiss

Varias semanas pasaron hasta que Amuria logró poder moverse sin quejarse pero fue mucho más rápido de lo pensó. Aún no sanaba por completo pero al menos se había cerrado y ya no tenía puntos. El dragón parecía estar pegado a ella, claro, por temor a una ataque sorpresa del peligroso íncubo iba con ella a donde fuera.
En cuanto a como la diablesa se sentía, ya más altiva volvió a tener la calma habitual, aunque la presencia constante de Allan la exasperaba un poco no era tan molesto, eso si ella se arreglaba sola.
Los chicos los miraban raros, pero ya no le daban importancia, tenía cosas más importantes para resolver. Entonces para comenzar con ese objetivo, el dragón fue a pedir un favor a un amigo suyo.
Tocó la puerta de su habitación y esperó paciente.

_ Ya voy. -abrió la puerta serio como siempre- ¿Allan qué pasa? -preguntó el moreno mientras lo miraba, peses a los rumores él seguiría siendo su amigo-.

_ Nada Dante, solo te vengo a pedir un favor con una amiga mia Mao de ...

_ De 2º año, si la conozco la japonesa.¿Qué hay con ella? -dice a menos-

_ -algo sorprendido de que la conociera- Te quería pedir que la vigilaras, anda rara y me temo...que según mis sospechas, está por mal camino. Amuria y yo estamos preocupados pero no podemos ocuparnos tanto como quisiéramos, por eso quería saber si me pudieras ayudar con eso. Es un favor, ¿cuento contigo?

_ Claro, le echaré un vistazo de vez en cuando, a fin de cuentas está en todos los clubes y grupos que yo, tu tranquilo. -dice calmado- Además siempre quise acercarme a ella, parece agradable. -en sus ojos se refleja una emoción rara-

_ Y linda. -le sonríe de forma pícara- Gracias amigo, te debo una, ahora me voy a clase pero gracias. -

Dante solo asiente y cierra la puerta, ya que, era cierto, Mao era muy linda para él.

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Amuria estaba tomando sol en uno de los jardines, se sentía sofocada tanto estar encerrada, necesitaba salir y sentir el viento en su cara. Tenía una grandes ansias pro volar pero sabía bien que si sacaba sus alas sobre se lastimaría más. Suspiró por lo bajo y cerró los ojos mientras recitaba una vieja canción.

_ No cantas tan mal. -dice una voz cerca de ella-.

_ -abre los ojos asustada, era Allan, respira de nuevo y aclara- Solo pensaba, este, esta todo bien con que quieras cuidarme y eso...-no me queda opción- pero me gustaría estar sola un momento. Necesito pensar.

_ Pensemos juntos. -le propone muy tranquilo costándose sobre la hierba al lado de ella-.

_ No, quiero pensar sola. -dice e intenta levantarse pero el retenida por la voz de él-.

_ Quédate, porfa, no seas así.

_ No tengo ganas, quiero estar sola. -le reprocha y se suelta pero irse-

_ Oh...-exclama apenas y la deja ir, quizás ya era molesto de verdad-.

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La diablesa estaba a orilla del río, sentía un poco de miedo pero igual se agachó y metió sus pies en el agua. Se sentía tan bien, un poco de soledad al fin, ya no era alguien social o quizás nunca lo había sido. Un nudo en su garganta le impedía romper el silencio. Quería decir algo hacía tiempo, pero simplemente no se animaba. ¿Y si deja de quererme como amiga?¿Y si solo está jugando conmigo? preguntas así la detenían cuando ya estaba decidido que decir. Se sentía una cobarde en muchos sentidos. Una brisa agradable movía sus largos cabellos largos. Entonces un susurro de cadenas se escuchó a sus espaldas. Ella se volteó, nada.

_ Ya estoy muy paranoica. -se dijo a sí misma-.

_ No tanto como crees Amuria-chan. -exclamó una voz a su lado-.

_¿Quién? -le tembló la voz pensando que sería su hermano, pero entonces vio que era Mao- Hey, me asustaste, ¿Cómo es que no te escuché lle... -se siente interrumpida por los labios de la lolita sobre ella-.

_ No soy Mao, Amuria, mírame. -La diablesa logró escuchar su pensamiento, entonces le corresponde, era la esencia de alguien conocido. Entonces de pronto abre los ojos y lo ve, se queda muda- ...

_-la suelta y serio le dice- Me creías muerto ¿verdad?

_ Si. -dice y le toma el hombro para verle el rostro no, no podía ser él.- ¿Cómo es que...

_ Ya te lo explicaré, pensé que me extrañarías un poco más pero no imp...-siente como lo abraza fuerte, algo totalmente contrario a lo que haría la Amuria que había conocido-

_ Me alegro que estés vivo Ember. -dice apenas y se siente correspondida-

_ Yo también, mucho. -la abraza y siente el olor de su pelo era igual que siempre-.

_-lo suelta y lo mira melancólica- Debes explicarme ¿qué te pasó?

_ Veras, es algo complicado, como que intentando huir de ciertos problemas que ya no tienen sentido. -debía como medio mundo a media parte de los demonios del más alto rango- Tuve que aceptar ayuda de cierto tipo de gente, y bueno, una bruja se me ofreció a darme un escondite. El problema fue que en lugar de un escondite, al procurar el conjuro dijo prisión y me transformé en un huésped. Digamos que fue mi culpa por confiar en una bruja tan joven solo treinta años lleva aprendiendo.

_ ¿Huésped? Pero si tu naturaleza es la misma. -dice y se le acerca- Si, es la misma.

_ Porque mi naturaleza no cambio, mi cuerpo si. -se rasca la cabeza a falta de su gorra le incomodaba andar con el pelo suelto- Es que eliminó mi cuerpo físico, por eso soy huésped, necesito un cuerpo para manifestarme y tomé el de tu amiguita.

_ ¿Por qué ella?¿Por qué ahora? -dice sin más no podía creer lo que veía-

_ Más despacio, eres impaciente. -sigue serio y prosigue- Porque tu hermano evocó un hechizo con la niña en el libro donde estaba y pasé a su cuerpo.

_ -lo mira sorprendida, ¿cómo no sabía nada de eso?-.

_ Creo que el dragón no te dijo nada porque temió que tomaras medidas. ..

_ ¿Allan sabía? Ya verá cuando lo vea la...-siente que le tapa la boca-

_ Me dejarás hablar, no me gusta hablar y lo sabes, te cuento y vuelvo al silencio ¿entendido?

_-asiente con la cabeza resignada, luego hablaría con el dragón-.

_ Bien, resulta que estaba en uno de conjuros, digno de la bruja en la que confíe, el problema Aiperus realizó un encanto de protección y aproveché para mudar de cuerpo, a la que llamas Mao. Verás al parecer, tu hermano quería retener a Allan por alguna razón, luego que me enteré de tu herida me di cuenta.

_ ¿Por qué me ayudaste? -pregunta desanimada al oír aquello, pensó por mucho que a Allan no le había importado pero en realidad no pudo ayudarla.-

_ Eres mi amiga, además, no apruebo a tu hermano. Yo también sigo siendo un han'gô. -la mira fijo- Y humano también, me preocupo por los pocos que conocí ... -se quedan en silencio un buen rato y entonces se pone en frente de ella- ¿Dónde están Onix y Nana?

_ -sabía bien que lo que veía era una ilusión, que si alguien viera estaría con Mao nada más, le tomó la mano y confesó- Ellos se fueron hace mucho, yo lo quise así, lo último que supe es que ambos se convirtieron en humanos juntos.

_ Entiendo, yo supuse algo así, porque buscaba lo mismo. -le dice y la mira con intensidad- Aún así no soy tan valiente como tu Amuria-chan, no quise estar solo. Es más me debes un beso. -le dice, quizás no era demostrativo pero sí le gustaba el afecto como todo íncubo-.

_ Tienes razón. -a fin de cuentas, Ember era solo un amigo, ambos lo eran.- Te extrañé, admito que sin ti, ya no había motivos para que Onix o Nana siguieran con nosotros dos. -le toma del rostro y lo besa con suavidad-

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El dragón pasaba por el bosque cuando a la orilla del río vio a Amuria hablar con un chico (claro para él era posible ver la misma ilusión que los mixtos). Este era rubio, de un corte extraño, la diablesa le sonreía y era amable. Entonces sintió una presión en el estómago y un impulso de enojo invadirle, no pudo evitarlo y se acercó a ellos.
El joven le miraba indiferente, eso molestaba a Allan, sin saber porqué solo quería que dejara a Amuria.

_ ¿Allan? -dice el rubio con voz neutral- Hola, soy Ember. -dijo sin vueltas y le ofreció la mano-.

_ ¿Cómo sabes mi nombre? -dice con un tono serio y se sienta al lado de Amuria, muy cerca- ¿Lo conoces? -dice refiriéndose a su "amiga"-

_ Es un amigo mio y digamos que también está en problemas, pero él se las arregla, hace siglos que nos conocemos. -dice algo sorprendida del rostro enojón que llevaba el dragón- No debes desconfiar de él, es más me ayudó con mis heridas antes. Solo que por un inconveniente está...mm...como decirlo.

_ Estoy encerrado en el cuerpo de su amiga Mao. -completa él, sonríe de lado, sabía que el dragón se sentía amenazado y le gustaba provocar a la gente- ¿Amu-chan me darías otro beso? -pidió casi inocente-

_ Claro. -se fue hacía él pero siente que alguien la detenía, Allan la sostuvo contra su pecho- ¿Qué haces? -dice confundida-.

_ ¿Lo vas a besar? -pregunta bufando y con indignación- ¿Solo porque te lo pida?

_ Es mi amigo, es como un saludos entre demonios, además hace años que no se alimenta y como me ayudó antes es lo menos que puedo hacer. Sino...bésalo tu. -le reclama, era cierto con Ember era solo un juego pero le sorprendió que se pusiera celoso así- Ya suéltame y disfruta de la vista.

_ ¿Ehh? -queda anonadado al escucharla decir tales cosas, entonces ella se suelta y besa a su amigo, Allan se siente congelado y molesto. Estaba a punto de estallar cuando al ver la mirada de él trae a Amuria hacia él tirándole de la remera-

_ ¿No me digas que estas celoso por eso? -le dice extrañada pero calma-

_ ¡Yo no estoy celoso! -dice y la suelta cuando lo siente al rubio levantarse y se le queda de frente-

_ Eres lindo, medio afeminado ¿No crees Amuria?

_ Si, ya le he dicho pero no hay caso, la cara no la podes cambiar. -supo que jugaba y le siguió la corriente- Míralo más de cerca y verás lo andrógino que es.

_ ¡Que no soy afem... -siente algo raro, algo encima suyo, abre los ojos y ven al rubio sobre su rostro besándolo, se lo quita de encima todo sonrojado y corriendo le dice- ¡¡Pero están locos los dos!!

_ Jajajajajja ¡Es que no me resistí bonito! -le grita Ember tentado y con noto amanerado-

_ Jajajjajaja ya había olvidado esa aficción tuya, jajajaj pobre no podrá dormir esta noche. -reía la diablesa como hacía tiempo no lo hacía- ¿Hey?¿En serio estará celoso?

_ Es que soy todo un macho al lado de esos ojitos celestes cielo. -dice y entonce se siente desvanecer- Ahhh ya me tengo que ir, Mao quiere volver y con razón, a pasado mucho tiempo. Nos vemos amiga.-dice serio nuevamente y la nipona se hace presente de nuevo- Ohayo Amu-chan, ¿qué hacemos aquí?

_ Nada, vinimos a ver el río y nos quedamos dormidas Mao. -dice sonriendo intentando aguantar la risa-

_ ¿De que te ríes? -dice riéndose por reflejo-

_ De nada, solo me acordé de algo. -dice y ya se pone seria- Ven vamos adentro, tengo hambre.

_ ¡¡Siii!! -exclama contenta y la sigue al trote-.

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Con la presencia de Ember, alguien, alguien se puso muy pesado y eso llamó la atención de todos menos de la persona que esperaba lo notara.
En el almuerzo con Ember, en el bosque con Ember, en el río con Ember, ya hasta le alteraba escuchar su nombre. El dragón se ponía entre ellos cada vez que veía la oportunidad, abrazaba a Amuria, se pegaba a ella cuan centinela con su prisionero. El ente lo notó y más aún lo molestaba con sus juegos y sus insinuaciones como:

¡Qué lindo eres Allan-kun!¡Estas como para comerte lindo!¡Te juro que no me importa ser hombre!

Y cosas así lo ponían nervioso, tanto que llegó a preguntarle a la diablesa si era "era" de verdad, ella le respondió que si y de ahí mantuvo mas distancia con el íncubo rubio. Hasta que un día definitivamente no logró resistirse y fue directo. Había visto como se besaban en el bosque, cuando Ember miró a Allan y simplemente le molestó mucho pero a un punto que se sintió mal, y por ende le echó la culpa al demonio. Después de eso esperó a Amuria en el cuarto y apenas entró, la arrinconó contra la cama y le preguntó.

_ ¿Te parece que me gusta verte besuqueando con ese?

_ ¿Ember? -dice totalmente desorientada, se apoya en los hombros de él, parecía enojado- Por favor, solo jugamos, no es nada serio.

_ Pues parece, odio verlos y que me mire de una forma tan despectiva, como si...-se sonroja de repente al pensar que en verdad Amuria podría sentir algo por otro-.

_ Ya no te pongas celoso, siempre hemos sido amigos y siempre así, esos besos no significan  nada para mi. No es como cuando es contigo. -dijo serena y tomo su rostro en sus manos- Mírame, no es lo mismo, en serio.

_ ¿En serio? -abre los ojos y enojado dice- ¡Que no estoy celoso!

_ Si lo estás, solo escúchate, estas imaginándote cosas.

_ ¿Y cómo quieres que no lo haga? Amuria...-baja la mirada- Yo ..a mi..me causa enojo pero también, me hace mal verte así con alguien más.

_ -ella solo le besa la mejilla y se sonroja bruscamente- Está bien, no lo haré entonces. -noquería verlo mal, no creyó que un juego lo pusiera así. Pero como súcubo no entendía esas cosas-.

_ ¿De verdad? -dice sorprendido que haya cedido tan fácil, la mira firmemente- ¿Por qué?

_ Porque no quiero verte así por eso, no, no me gusta.-dice y mira a una costado para que no la notara avergonzada- Yo...te tengo más cariño que a Ember.

_ Entonces ¿Me quieres? -se sentía un tonto por haber pensado mal antes, al escucharla decir algo así solo pudo pensar que podría haber sido, después de tanto tiempo, meses, que lo quería- Amuria..

_ Si, puede ser. -contesta aún sin mirarlo, no sabía porque su corazón se estaba acelerando, no podía dejar de sonrojarse. Sentía una fuerte necesidad de decirlo, no resistió- Te quiero Allan.

La diablesa se sintió muy nerviosa al decir algo así, pero el sentirlo tan cerca y suave con ella logró tranquiliza y solo lo abrazó fuerte mientras sonreía muy, por primera vez, muy feliz.

Un par de ojos curiosos los escuchaban desde el otro lado de la puerta de su cuarto. El demonio y su humana, ambos había colaborado en eso y se alegraban del resultado. Entonces Ember le dice a su amiga:

_ Funcionó, ahora faltas tu mi damita. -dice tranquila mientras su voz resonaba en la mente de ella-

_ No, él nunca se fijaría en mi, soy muy chica. -sonríe sonrojada-

_ Pero te gusta, eso es lo que importa. -acota- Mira que sino ¡Yo lo haré!

_ ¡No lo hagas! -dice en voz alta y por temor a ser escuchada sale corriendo por el pasillo.

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Al día siguiente Amuria le explicaba a Ember, mientras este la miraba sonriendo de oreja a oreja al oírla hablar de esa forma. Ve una sombra a su espalda y ve que es Allan, se levanta de la mesa donde estaba y con voz de niñito caprichoso se le tira encima y dice:

_ Aww eres tan dulce Allan.

_ -sin entender nada y nervioso- ¿Por qué me abrazas?

_ Es que ahora que Amu-chan no me puede besar porque te quiere a ti, se me ocurrió una idea para no estar solito. -dice y entonces lo besa rápido sobre los labios y luego se saborea con la lengua- ¡Te besaré a ti A-chan! -dice contento de la vida mientras el dragón lo mira con cara de wtf hasta que responde-

_ ¡Ahh! ¡No me beses! ¡Estoy con Amuria y es la única que quiero besar! -dice sacado cuando se da cuenta que se había transformado en el centro de la miradas del salón, se siente muy apenado y solo se quedan petrificado en su lugar-.

_ -la diablesa al verlo va y lo abraza- Ya si pasamos verguenza que sea todos.-dice y entonces se suma Ember, que claro lo veían como Mao-.

_ ¡Hi! -exclama emocionado y siente la mirada asesina del dragón sobre-

_ Quitamelo de encima. -apenas gruñe y este se aleja sonriendo-.

_ Jajajja pobre, no le digas eso, solo juega además besa como niña. -dice ella y lo atrapa en sus labios-

_ -él le corresponde, aún confundido por el anterior y medio traumado también, luego se aleja y le pide- Por favor dile que no me gusta.

_ Jajajjajajjaa -ríe con fuerza al verle la cara de angustia-

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Fueron días divertidos, entre el pavor que Allan le tenía a los besos fugaces de mi antiguo amigo y mi reciente ternura hacía él hicieron de la vida un poco más alegre para mí. Pero mientras nosotros reíamos como si todo fuera normal, las sombras se preparaban para atacar y nosotros como humanos ignoramos toda eminencia de peligro, con esperanza de poder vivir esos momentos por siempre.
Desde que le dije a Allan que lo quería, sabía que debía ganarme su amor y así lo haría; sin importar las cosas que pasaran yo buscaba su amor.

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