viernes, 25 de marzo de 2011

Capítulo Trece: La Tormenta

Lluvia fría, constante. Viento fuerte, desgarrador.
Las tormentas de invierno duraban días, y todos tiene frío y sienten que deben estar juntos para estar más a gusto. En el comedor, todos se sentaban amontonados, los novios se ponían melosos, los amigos cargosos. El clima deprimía a muchos, inspiraba a los poetas y enfurecía a los deportistas, así que las reacciones eran varias...
Entonces en medio de todo el ruido y cosas, una persona mira a otra...

_ ¿Allan estás despierto? -le pregunta Dante golpeándole el hombro de forma amistosa- No has probado tu comida aún. -sonríe amable-

_ Emm si, solo estaba pensando. -desvía su mirada para que no lo notaran, mira su plato y prueba un poco- Esta buena....

_ Si también tu...

Intenta decir uno a su espalda pero Dante le golpea a forma de que no sea grosero. El dragón ni se dio cuenta, cuando comía hacía solo eso comía. En cambio su compañero lo miraba expectante, alzó un poco la vista y vio a la tan mencionada del lado opuesto, sola como siempre. No le parecía que Allan cayera como todos lo demás, no parecía esa clase de persona, sin embargo parecía que la hebi-onna era un tanto amable con él para que este la defendiera como la vez anterior.

_ Hey Al, estaba pensado si te gustaría cambiarte de habitación. Digo quizás es medio incómodo compartir cuarto con una chica y ...-entonces al ver la mirada asesina de él queda en silencio-.

_ Estoy bien, y aunque quisiera me han puesto obligatoriamente con ella. Orden del director. -deja de comer y lo observa serio, luego mira a Amuria a lo lejos- Ella es una buena persona, estoy seguro.

_ -suspira desganado- No te confíes es lo último que diré.

_ ¿Por qué la ven de esa forma? Que se haya acostado con media escuela no significa que sea...-siente la mirada de la diablesa en él-...alguien mala o insensible.

Amuria lo escucha, se levanta serie y con firmeza se dirige hacia ellos. Todos la miraban, sorprendidos de que fuese a desafiar o opinar, ya que era la más callada de las chicas. Se paró en frente de ambos y con una mirada vacía le dijo a Allan:

_ El que sea cortés no significa que no sea mala o insensible, en efecto, soy ambas cosas. -le sonríe perversa y se acerca a su amigo- Dante lo sabe perfectamente. -dice con voz de tumba y les da la espalda-.

El dragón se quedó sorprendido, pero más por lo de Dante, ¿Podría ser que sus "consejos" fueran por otro motivo fuera de advertirle sobre la diablesa? Se lo quedó pensando un rato, pero decidió no preguntar nada, debía hablar con ella primero. Ya con verla de esa forma podía notar como actuaba frente a los demás, haciéndose ver como alguien fría y controladora. Cosa que Allan no creía que fuera.

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El dragón se encontraba arriba de un árbol, en medio del bosque, el clima amenazaba con lluvias pero él no quiso hacer caso, necesitaba un tiempo para estar solo. El cielo estaba gris e incierto, como sus pensamientos últimamente. No lograba sacarla de su mente, quizás por el reproche de sus compañeros o porque le gustaba hacerse ideas sobre las personas. Lo que con ella era un misterio porque nunca actuaba como se lo esperaba, tenía momentos tan abstraídos como momentos en que le parecía verla triste o carente de cariño. Era como le decía siempre "rara", con todo respeto.
Entonces, una gota cayó en la punta de su nariz, sintió un viento helado recorrerle los brazos descubiertos. Aún cuando hacía tiempo había comenzado el invierno, al tener una temperatura mayor, seguía usando su vieja gabardina negra, hecha especialmente para él. Pero sin motivo en particular, sintió frío, después de muchos años sintió frío.
Decidió volver a la mansión...

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Ella estaba leyendo un poco sobre mitología celta, cuando al ver unos símbolos de aire no puede evitar pensar en Allan. ¿Por qué insistía en qué era alguien que ya había dejado atrás? Suspira y se deja caer sobre la almohada,  era diferente de los chicos que había conocido hasta entonces. Quizás porque nunca se junto con los "buenos", era extraño para ella, convivir con alguien así.
Le había contado que en su pequeña aldea era el único híbrido, pero aún así los dragones y humanos lo habían aceptado y ambas razas vivían en paz, juntos. Eso en parte le provocaba celos, nunca lo admitiría, pero le gustaría sentir eso de parte de alguna persona...abrió los ojos un tanto sorprendida....¿Podrías ser?... que....¿Allan la aceptara?
Estuvo a punto de sonreír cuando la puerta se abre súbitamente. Ella se levanta pero entonces la toma por la cintura y la tira en la cama.

_ ¡Azrael! -dice una vez que lo reconoce- ¡¿Qué demonios haces aquí?!

_ Solo vengo a jugar un rato, no te enojes...-dice juguetón y comienza a besarle el cuello-

_ Azra.....aah....ya..aquí no..-sintió escalofríos por las tenues caricias, entonces lo empuja y más seria le dice- ¡Aquí no!

_ Tranquila...-le sonríe perverso- Cinco minutos de acción, nada más...

_ Empiezo a pensar que tu eres el íncubo no yo. -dice a media y se levanta colocándose encima de él- Ya pero no hagas ruido.

Se levanta con rapidez y pone traba a la puerta. Vuelve hacía él y le desabrocha el pantalón con apuro y sin expresión alguna en su rostro. Él la toma por la cintura y la besa con pasión. Amuria solo quería terminar con el asunto, se separa y se queda sentada sobre él, sonríe lasciva y lo mira rebajándolo.

_ Jamás estarás a mi altura, así que como buen servidor que eres, compláceme en todos mis caprichos. -le encantaba jugar de esa forma con él-

_ Como desee, mi lady..-le dijo y dejó sus brazos de lado, sabía que era inútil dominarla, además tampoco quería hacerlo-.

_ Cállate, los juguetes no hablan. -dijo despiadada y entonces...

(De esta parte se encarga su imaginación.)

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Eran las doce y media de la noche, un chico de tez blanca salía de un cuarto que no era el suyo. Sería un problema menos, pensaba la chica que había dejado dentro a medio vestir. Tomó un camisón y se lo puso sin apuro, miró por la ventana ese maldito vacío renacía al verse sola de nuevo. Pegó su mano al cristal y luego se apoyó levemente en él.
Suspiró cansada empañando la escasa visión que tenía del exterior. Era de noche, la lluvia no había tarado en toda la tarde, toda la tarde. Cierra los ojos y se deja llevar por la frescura del ambiente. ¿Qué clase de vida era aquella? Su mente se llenó de preguntas que no podía responder...
Entonces apenas abriendo los ojos ve algo extraño en la lejanía, un bulto entre los árboles, se movía. Enfoca un poco más la vista.

_-abre los ojos con sorpresa- ¿Allan?

Sin pensarlo toma una campera y sin zapatos ni nada sale por la ventana corriendo hacía aquel lejano punto. Llega a su lado y ve que estaba inconsciente, una rama a un costado le hace pensar que quizás se le había caído encima. Toma su cabeza entre sus manos, tenía una herida en la frente. Entonces él abre levemente sus ojos y le toma una de sus manos.

_ ¿Amuria? -sonríe-

_ Eres un tonto. -dice un tanto sorprendida y siente como la toma de la campera y le sonríe-.

_ Te vas a mojar, ve adentro. -dice tranquilo, y vuelve a cerrar los ojos.-

_ "Debió haber sido duro el golpe" -piensa por lo bajo y entonces lo sostiene mientras intenta teletransportarlos a ambos de regreso a la mansión-.

Una vez que lo logra, aparecen el en cuarto y ella con un poco de esfuerzo lo recuesta en una de las camas. Era más pesado de lo que parecía, aún así lo consiguió y lo miró por un momento. Recorrió cada facción de su rostro con su dedo índice, era muy lindo, aún cuando el pelo largo lo hacía verse un tanto afeminado...rió un poco por aquel pensamiento. Su piel estaba fría, lo que le parecía extraño. Tomó una frazada, tendría que desvestirlo pero...prefería no armar malentendidos. Lo tapó con ella y al verle la herida no pudo evitar poner una expresión de preocupación. Buscó un pañuelo, lo humedeció con un poco de lluvia y le limpió el rostro con paciencia. Se lo pasó levemente por la herida y sintió como la tomaba firme de la muñeca.

_ Debo limpiarte, sino podría infectarse, suéltame. -le dijo suave para no asustarlo, esa parte de Amuria no era muy común-.

_ Bueno, pero no seas tan ruda. -le dice un tanto dormido y la suelta-.

_ No lo seré. -dice tranquila y sigue con su trabajo-.

Ella continuaba mirándolo, no despegada sus ojos de él...la noche pasó más lento de lo habitual, y sin percatarse de ello, se había quedado dormida a su lado.

A la mañana siguiente, el dragón despierta con los primeros rayos del sol. Entonces siente un fuerte dolor en la cabeza, recuerda aquella rama que sin aviso le había caído encima...pero después de eso todo era bastante confuso. Entonces al mirar a su lado la ve a Amuria profundamente dormida a su lado. Se sorprende un poco, estaba en su cuarto, acobijado y sin ninguna idea de cómo había llegado allí.
Entonces la diablesa al sentir el movimiento de él, despierta apenas abriendo sus ojos, y asustada se mueve apenas y cae de costado al piso.

_ ¿Amuria estás bien? -dice preocupado Allan por aquello y se levanta para ayudarla a levantarla-

_ -ella apenas reacciona, le toma la mano y se levanta apenas, se frota la espalda adolorida- Si...solo que no creí que me había quedado dormida.

_ Mmm...- dice y se levanta para ayudarla- ¿Tu me trajiste aquí? -pregunta con ella frente de él y sin soltarla-

_ Yo..-no sabía que responder- solo tuve lástima de ti, no te creas otra cosa. -lo suelta con brusquedad- Ahora vístete o llegaremos tarde a clase.

Le da la espalda y se quita el camisón sin recelo alguno, mientras se viste nota que él no la miraba. Terminó y entonces se acercó a la puerta, cuando él le dice.

_ Gracias de todas formas. -sonríe de lado y se va al armario por ropa seca-.

Amuria sale sin responder nada, ella cambiaba de día, se mostraría fuerte e indiferente. El dragón lo sabía, pero le hecho de haberlo ayudado le daba aún más esperanza de que ella no era tan mala como le hacía creer. Una vez preparado salió del cuarto y una chico rubio de ojos grises se le acerca y lo mira con alegría.

_ Tú eres lo que esperaba. -dice con una voz clara como el agua- Sabrás qué hacer, suerte, Allan.

_ ¿Quién eres? -dice con mucha confusión por aquellas palabras-.

_ Soy Azrael, pero ya no tiene sentido que permanezca aquí, tu la podrás cuidar. -dice y sonríe con inocencia mientras se larga a correr hacía uno de las pasillos.

Allan lo sigue pero al doblar en una esquina el chico había desaparecido.

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A punto de entrar al aula, Amuria siente una leve brisa a su espalda. Se voltea y allí estaba, el ángel acosador.

_ Ahora que quieres. -dice con cansancio-.

_ Qué no pierdas esta segunda oportunidad. -le sonríe como nunca lo había hecho- Ya no te cuidaré, pero no te dejaré sola, Etsuko.-

Ella se queda petrificada al escucharlo decir su nombre, fue como si en ese momento no hubiese sido su voz...sino como si...Entonces cuando intenta decir algo, el joven la besa en la frente y desaparece en frente de sus ojos....


"Quizás él era un buen ángel, quizás protegía a los demás al jugar conmigo, quizás me protegía a mi misma. No lo sé, pero que Azrael fue un misterio, de eso estoy segura. En cuanto sentí su falta, comencé a buscar nuevamente a víctimas de una noche, al menos con él sabía que esperar, pero el hambre fue más fuerte y tuve que volver a las cazas nocturnas.  
En parte fue algo que ya había hecho, pero...algo me ocurrió, ya no era como antes...porque fue entonces que comencé a querer estar con una sola persona. Y tenía mucho miedo como para aceptarlo, entonces caí...caí...y caí. "

1 comentario:

Minae dijo...

Esta genial nee-chan!
Me encanta Allan que sea tan, eh, tan él..
Me gusta el nombre DAnte
Y el "angel acosador" es un misterio, quiero saber mas.. quiero que ya publiques otro capitulo!! x3
Muy, muy, muy, muy genial! Segui asi ;D