jueves, 17 de marzo de 2011

Capítulo Doce: Nubes Grises

En medio de la nada prácticamente, aquel instituto de grandes espacios verdes, lugares donde los solitarios podían refugiarse con seguridad. Pero ¿Qué sucedía cuando cuando aquellos rincones y miles de metros de espacio eran inaccesibles? Todos juntos en la gran y ruidosa mansión, sería solo cuestión de tiempo hasta que se iniciara una discusión o pelea.
Había alerta meteorológica, el lúgubre paisaje daba por realidad la advertencia, entonces por seguridad de los alumnos se les prohibió la salida al exterior con excepción de los jardines centrales. Entonces fue cuando notaron que eran muchos más de los que aparentaban, claro la mayoría pasaba el los bosques so a orillas del río cada cual con su grupo de amigos...ahora debían convivir todos juntos.
Los nerds para la bibliotecas, las populares al jardín, los artistas en el salón de arte y música, todos se había tratado de separar lo mejor posible. Pero como siempre hay lugares de conflicto...
En el salón principal, allí se encontraba Allan con un grupo de amigos, era ya bastante tiempo que había ingresado y como todo había hallado gente con la cual hablar sin tener problemas. Aunque no estaban solos, otro grupo, en el cual estaban los abusones de la otra vez también intentaban congeniar en el mismo ambiente. La humedad era pesada, el clima estaba frío y poco acogedor, las caras de incomodidad no tardaron en mostrarse. Entonces de pronto el otro grupo señala al dragón con cara de picardía, él no logra comprender aquello, al parecer había algo que sabían y él no.
Siguieron molestando, molestando, hasta que una amigo de Allan, Dante, fue y les preguntó de qué tanto se reían. Al volver la cara de sorpresa no sobrepasaba su incertidumbre. Se acercó al dragón y muy controlado le preguntó:

_ ¿Tienes idea de quién es tu compañera de cuarto? -lo mira serio-

_ -piensa un minuto, no, no entendía nada.- Sí, Amuria...Amuria Himemiya ¿Por qué preguntas?

_ Nada, solo que....-recapacita, al parecer su amigo no sabía cómo era vista su compañera- ¿Se te ha insinuado?

_ -abre los ojos sorprendido- No, claro que no. ¡¿Qué sucede con Amuria?! -no tenía mucha paciencia y le desesperaba que le ocultaran cosas-

_ -tarda un rato en contestar, y mirando a los demás supo que no obtendría apoyo- Es que ella es muy conocida en la escuela, más entre los chicos....porque ella ... es una "fácil". -esperaba que entendiera la indirecta-.

Se queda callado y no contesta, pero por alguna razón en el interior, sentía enojo o quizás confusión? No sabía muy bien que era, pero no le había gustado que la llamaran así, a fin de cuentas para él no era una persona tan mala como todos creían.

_ Ella es buena conmigo, es lo único que me importa de la gente, como sea conmigo. Los demás que digan lo que quieran. -dijo un buen tiempo después-.

Se retiró del lugar, muchas risas y comentarios se escuchaban a su espalda pero los ignoró por completo. Los pasillos estaban invadidos, no era de su agrado tampoco acostumbrado a la tranquilidad del lugar sin nadie a su alrededor. Pese a que tenía pensado ignorar las advertencias de tormenta e irse para el bosque, optó por hacer una pequeña parada primero.

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La diablesa había pasado la mayor parte del día en la biblioteca pero ya bastante aburrida como para continuar decidió dar un paseo por el gimnasio, le gustaba ver como las personas se maltrataban por horas solo por conseguir una apariencia física. En cuanto llegó vio a unos cuantos chicos por allí y allá...aunque al voltear a un costado se encontró con uno en especial.

_ Amu, tiempo que no venías a verme. -le dice con arrogancia-.

_ No vine a verte, solo estoy lo suficiente aburrida como para observar idiotas como tu. -sonríe sin gracia y regresa a su expresión seria-.

_ Vamos Amu, no seas mala conmigo. Yo se perfectamente que no eres tan así, aunque lo ocultes se que tienes corazón, por supuesto debajo de ese tentativo cuerpo.-la mira sin disimular- Quiero volver a disfrutarte. -su voz era tranquila-.

_ Sigue esperando imbécil, yo no tengo corazón, ya te lo he probado. -lo mira con furia haciéndolo callar-

Se da media vuelta y siente que la retiene del brazo. Ella se lo saca de encima con violencia dejándolo a un lado de la pared. Apenas gira la cabeza pero sin mirarlo.

_ Vuelve a tocarme y juro que te quiebro el brazo. -su voz era de ultratumba- Si tu "padre" supieras lo que estás haciendo seguro no serías tan egocéntrico.

Se retira del lugar, apretaba sus puños con fuerza, como la irritaba ese maldito. El que sea un ángel no le daba derecho de tratarla de esa forma, bien ella se confundió y por un descuido pudo ver su alma y su cuerpo, pero fue solo eso un descuido. El maldito la chantajeaba con astucia, pues había visto su debilidad y se parovechaba de ello, Amuria aún no comprendía como un "hijo de Dios" podía ser tan desagradable con otro ser. Ella pensaba que eran todos amor y paz, pero al parecer su lado demoníaco le hacía sacar el lado competitivo y defensivo del ángel.
En su caminar se notaba la furia que llevaba dentro, estaba a punto de estallar pero mejor sería que lo hiciera en su cuarto al menos allí no tendría problemas si rompía algo...

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El dragón un tanto cansado entra a la habitación despacio, entonces al ver lo que ocurría dentro se quedó con los ojos como platos de la sorpresa. su compañera estaba destrozando prácticamente todo a su paso, tiraba inclusive lo que ya estaba en el suelo. Se podía sentir un gran enojo en todos sus movimientos y murmuraba cosas, que pese a que estaban en otro idiota, estaba claro que eran insultos. Ella no se dio cuenta que Allan había entrado al cuarto, solo continuaba con su desahogo.
En un momento se aproxima a la cama de él y a punto de patear una caja debajo de su cama el dragón reacciona y la toma por la espalda encerrando sus brazos en los suyos.

_ ¡¡Sueltame!! -decía casi hecha fuego-

_ ¡Ya tranquilizate! ¡¿Qué te pasa?! -le contesto en tono alto para que lo escuchara-

_ ¡¡Su-el-ta-me!! -comenzó a patearlo, sus piernas estaban suspendidas porque al ser más alto que ella la había levantado del suelo-.

_-el soportó las patadas e intentó por la buenas acabar con aquel ataque que le había dado- ¡No te soltaré hasta que te calmes!

Ella siguió forcejeando y resistiéndose, entre el calor que emanaba Allan y el de ella era inevitable no sentirse sofocados. El dragón perdió la paciencia y transformando sus brazos la abrazó más junto a su pecho y con su voz más calma le preguntó:

_ Dime ¿Por qué estás así Amuria? -ya no soportaba los golpes-

_ ... -se detuvo por un momento- Solo dime...que él no tiene razón. -su voz parecía oscura-.

_ ¿Quién no tiene razón? -pensó por un instante que lo había logrado-

_ ¡¡Solo dime que NO tiene razón!! -le dice con la ira nuevamente corriendo por sus venas-.

_ -el dragón siente que su último gramo de paciencia se había agotado y también su fuerza- ¡¡¡DEJA DE GRITARME!!!

Ya no aguanta más y se tira, con Amuria en sus brazos en el colchón, la suelta y respirando profundo dice con la voz más suave que pudo:

_ Él no tiene razón, no la tiene. -siente el cuerpo de ella sobre el suyo, ya no se movía, pasó un tiempo..- ¿Amuria? ¿Estás bien?

_ -había reaccionado al escuchar el grito pero se quedó muda unos minutos- Gracias. - se da vuelta y mira al rostro del dragón, cuando de pronto algo la sorprende y es una sonrisa traviesa.-

_ Jajajjajajajjajaja -no para de reírse con calma, tanto lio para que le dijera eso?- Estas loca compañera.

_ Mmm quizás si. -le dice con la mirada baja y nota que estaba encima de él, su posición era comprometora- Creo que debería irme no?

_ Esta bien, yo no me moveré. -baja las manos tocando sus piernas- Das buenas patadas para ser una niña.- sonríe pícaro-

_ Y tu resistes mucho para ser un tonto. -le sonríe con malicia y se levanta pero siente como Allan la sostenía con un brazo de la cintura-

_ Quédate un rato, sería un peligro si te enloqueces de nuevo frente a los humanos. -le dice amable y por temor a que se incomodara la suelta. Él se queda recostado.- Vamos, por un segundo deja de ser la malhumorada de siempre.

_ -no pudo evitar reir un poco al oír ese comentario- Bien, como quieras. -se recuesta a su lado un rato-.

Allan se quedó sin decir nada y con los ojos cerrados, tenía mucho calor como para hacer algo y no sabía que decir. La hango lo miraba con detenimiento, tenía el pelo largo para un chico, sin embargo al verlo no daba ninguna primera impresión sobre su personalidad. En definitiva, él era un misterio.
Pasaron una minutos, entonces tras una recapacitación Amuria exclama con tranquilidad.

_ Es la primera vez en años que paso tanto tiempo acostada con un chico sin que hayamos tenido sexo. -para alguien como ella, ese era un momento un tanto raro, pero en parte agradable-.

_ -él abre un ojo y le sonríe ahogando la risa, sabía que era una súcubo pero no sabía que se lo tomara tan a lo ligero- Has estado con muchos chicos de este instituto ¿verdad? -le pregunta-.

_ Chicos y chicas. -lo mira de reojo- Supongo que preguntas porque ya te habrán advertido.

_ Si y no. - abre sus ojos y volteando apenas la cabeza la mira fijo- Solo quería saber sino eso significaba nada para ti, pero tu respuesta no es tan mala.

_ -ella se pierde un momento en sus ojos celestes, ¿Qué ya le había respondido? Se limita a asentar y se queda frente de él-

El dragón supo que no se equivocaba, ella no lo demostraría, pero para ser un demonio tenía un lado bastante tierno si la miraba detrás de esos ojos que parecían perforar la voluntad. Se puso a jugar con un mechón de su pelo, había notado que se lo había dejado crecer, pero no quería decírselo aún. Le sonrió de lado y cerró los ojos, un sueño desconocido le había bajado de repente.
Amuria se dejó hacer por la caricias, el día estaba fresco y su temperatura se normalizó en poco. De pronto al volver su vista a Allan lo vio dormido. Se extraño un poco, se levantó con cuidado y después de darle una última mirada decidió irse a divagar un rato.
Al caminar por los pasillos pensó un poco en lo ocurrido, nadie se atrevía a frenarla en esos ataques, nadie la había tratado con tanto cuidado en un buen tiempo....incluyendo a su hermano. Suspiró con la cabeza baja, sintió aquel vacío renacer de su interior. Alzó la vista y lo vio.

_ Azrael. -dijo en voz baja el nombre del ángel-.

_ Amuria. -la miró como con compasión- Ven, hablemos.

_ Tu no quieres hablar. -dijo con desánimo-

_ Y tu no vas a hacerlo...-la otorgó una última mirada furtiva-.

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La diablesa volvía a su habitación, su cuerpo se sentía mejor, pero no su interior. Vio al dragón, seguía en la misma posición en que lo había dejado. Se comenzó a desvestir y se puso un camisón que encontró por el piso. Se acostó y miró por la ventana, se había largado a llover, era lo mismo que sentía ella.

_ ¿Amuria? -dijo con confusión al despertarse-.

_ Mmm..-respondió, no tenía ganas de hablar-

_ ¿Ya es de noche? -miró con sorpresa que el sol ya se había ocultado-. ¿Qué haces despierta aún? -su tono era de curiosidad-.

_ No puedo dormir. -le dijo y cerró los ojos seria-

_-pensó un momento y le dijo- Quizás esto te ayude.

Buscó entre sus cosas, debajo de la cama en un estuche con un símbolo de dragón negro.

_ Este es mi objeto mas preciado, mi violín. -ella apenas lo miró de verdad lucía bastante viejo como para que le tenga tanto apego- Aprendí a tocarlo por aburrimiento, pero a veces me ayudaba a dormirme sin darme cuenta...

Comenzó a tocar una pieza suave y tranquila, solo para ella. Amuria lo escuchó sin emitir el más mínimos sonido, era tan hermosa aquella melodía. De pronto se sintió un poco más abstraída de sus problemas y preocupaciones, fue solo cuestión de unos minutos para que sin darse se quedara dormida.
Allan la miró.

_ Buenas noche Amuria. -sonrió y siguió tocando, la tormenta se aproximaba y sería bueno tener un ambiente más calmo para ambos-.

1 comentario:

Minae dijo...

*0* Allan, ya te amo!! >w<
Que genial!!!
Me mató la rabieta de Amuria! >w<
Y que Allan la ayudó no solo para calmarse sino para dormir! -w-
Me intriga mucho ese ángel que no actúa como tal..
En fin, muy buen capítulo nee-chan, espero que la sigas pronto, sigue así!
Okusan-nee-cahn!!! ^u^