jueves, 30 de diciembre de 2010

Capítulo tres: Abalan

Hoy en día comprendo varias cosas, mis errores y aciertos, mis emociones y acciones; pero aún esta noche de luna llena donde mis pensamientos se vuelven más claros de lo normal me cuesta entender...

Estaba transpirando, el calor ya no solo le sentía dentro sino también fuera, algo que era imposible por estar en invierno y más aún en la montana. Aunque ¿Aún seguía en la montaña?
Abrí mis ojos con pesadumbre, me sentía sofocada y entonces sentí que alguien me levantaba del mentón. Vi un rostro negro como el carbón, cuya apariencia era difícil de asimilar, bruscamente me levanté e intenté huir de allí. Alguien me tomó del brazo, otro demonio como el de recién, me llevó a rastras de regreso. Me tiró al suelo y entonces mi hermano corrió hacía mi desde la oscuridad también seguido por otro demonio.

_ Nee-chan, ¿Estás bien? No podía encontrarte y yo pensé...-entonces un fuerte rugido lo interrumpió y palideció del susto, yo miré en la oscuridad los ojos de sangre...era los último que recordaba antes de desmayarme. Me paré con valentía y lo miré con una mirada despreciante, tenía miedo si pero no iba a permitir que le hicieran daña a Daisuke.

_ Veo que esta vez no te asustas pequeña. -me dijo con una voz rasposa y profunda- Mejor, creía que eras una cobarde como el niño. -señala a mi hermano y sus colmillos brillaron en una sonrisa que terminó por intimidar a mi hermano-

_ ¡No es un cobarde! -le dije y entonces sentí su asquerosas garras sobre mi cuerpo. Me quedé callada y solo pude mirarlo con temor-

_ ¡ Suéltala! -Daisuke se levantó e intentó golpear pero con solo darle un golpe terminó por herirse a sí mismo-

_ ¡Ya cállense! -dijo y luego me soltó, caí al suelo y mi hermano me tomó entre sus brazos. El demonio nos miró y luego dio un gruñido- ¿Qué hacen dos Han'gôs por este paraje del territorio Oni? ¿Acaso buscan algo? -salió de las sombras e hizo presente su horrible apariencia-

_ ¿Han'gôs? -llegué a decir en un hilo de voz-

El demonio solo se quedó mirando, veía algo en nosotros, aunque fue evidente que ninguno de los dos sabía que era. Entonces se acercó y nos olió como un perro a sus crías. En sus ojos hubo una expresión de duda.
Desapareció entre una niebla color bordó y luego otra entidad se hizo presente. Una yuki-onna famosa en nuestro pueblo, la caracterizaba una marca en el labio que supuestamente se la hizo un hombre que intentó capturar, miles de veces escuchamos esa historia. Pasó sus gélidas manos sobre nuestras narices y entones sus labios se curvaron como queriendo sonreír pero era difícil de saber. El espíritu gentil nos levantó con delicadeza y se volteó.

_ Síganme, yo se a quien están buscando. -su largo vestido blanco iba dejando un rastro de pocos de nieve, algo hermoso pero a la vez efímero, rápidamente se convertían en agua por el calor del ambiente.-

Daisuke me miró, no teníamos muchas opciones, me agarró fuerte de la mano y comenzamos a seguirla. Entonces al ver con la poca luz que emanaba notamos que estábamos rodeados de tierra, como si de una cueva se tratase.
Varios minutos, quizás hora y media, tardamos hasta que por fin llegamos. Una puerta de oro con símbolos muy extraños pero de los cuales solo uno pude reconocer con certeza, una estrella invertida. (Más claramente un pentáculo, pero en ese entonces no conocía de esas cosas).
La yuki-onna tomó las manijas firmemente y apenas abrió la puerta.

_ Solo ustedes son bienvenidos allí, yo no puedo entrar. -sus ojos blancos se clavaron en nosotros-

Yo encaré enérgica quería a toda costa terminar con todo aquel misterio. Daisuke me siguió a duras penas y con la cabeza gacha. El lugar estaba iluminado por varias antorchas, en el piso una alfombra negra parecía pelo. Al medio de la sala había un espléndido y enorme trono con varias cabeza de animales, algunas de ellas ya descompuestas, de otras solo queda el hueso. En este sitial se encontraba una serpiente de piel blanca, o al menos eso creímos, al vernos comenzó a brillar hasta cambiar su forma al de una joven de apariencia ambigua.
Al ver su cuerpo quedé completamente hechizada con su belleza, como si de repente no pudiera concentrarse en ninguna otra cosa. La respuesta de su hermano fue la misma.
Era un joven de ojos rojos rubí, su cabello era largo y de color blanco, su cuerpo esbelto y perfecto. Llevaba una sonrisa en su rostro, una expresión de satisfacción difícil de ver.

_ Veo que Ryoko-chan no era tan común como pensaba. -mis miró de cerca- Tener mellizos no lo hace cualquiera. -pasó uno de sus dedos por nuestros labios- Veo que no tiene idea de lo que estoy hablando y menos de quien soy ¿Verdad?

_ No. -dijimos al unísono y asentamos con la cabeza, era tan irresistible aquel extraño-

_-mostró una sonrisa torcida- ¿Qué edad tienen? -observó nuestros cuerpos con atención. -

_ Siete. -le respondimos juntos-

_ Son pequeños, que raro que la transformación se de tan rápido. -se queda pensando un momento y luego regresa a su trono- Bien, creo que pasaré a explicarles un poco, deben estar confundidos. -hizo un pausa y con un movimiento de manos apareció dos asientos frente de él, nos invitó a sentarnos. Parecía tan amable que nunca me imaginé que sería un demonio-

Entonces tomó de una copa a su lado, tenía un líquido rojo, pensé que era algún tipo de jugo pero con el tiempo descubrí que en realidad era sangre de animal.
Miró la copa, su reflejo era sereno y lleno de ideas. Tomó uno de los cráneos a su alrededor y lo miró cuan Shakespeare se pregunta "Ser o no ser".

_ Mi nombre es Abalan, recuérdenlo, porque es el nombre de su padre. -apenas nos miró- Se preguntarán entonces ¿Por qué nunca los cuidé y blah blah blah...-le daba muy poca importancia al asunto- Bueno en realidad soy un demonio, si, créanlo o no. Ustedes e cambio serían como híbridos, llamados Han'gôs, evidentemente han sido abandonados. -entonces sentí un escalofrío- Yo puedo ayudarlos...pero...

_ ¿Pero qué? -indagó Daisuke y lo miró con atención-

_ Pero a cambio tendrían que hacer un pequeño trato conmigo.-sus ojos brillaron con ambición- Claro sería temporal, yo les mostraría cómo usar sus poderes y cómo ser demonios...

_ ¿A cambio de qué? -le dije con algo de sospecha-

_-se inclinó hasta casi rozar mi nariz con la suya y dijo- A cambio de un pequeño favor al terminar con ello, si quieren pueden leer antes de aceptar. -en su mano apareció un papel- Estas vendrían a ser mis peticiones.

_ -Daisuke y yo tomamos el papel y al verlo nos dimos cuenta de algo, estaba en japonés antiguo y nosotros apenas sabíamos leer. Nuestras expresiones nos delataron-

_ ¿No saben leer verdad? -dice y se coloca la mano en la frente de forma dramática- Como lo lamento, pero saben no tengo mucho tiempo, tengo muchos asuntos que atender y lamento decirles que tendré que dejarlos...-amenazó mientras se dirigía nuevamente a su trono-

Miré a mi hermano, no podíamos volver al bosque no sabíamos qué hacer, ni lugar a dónde ir, era nuestra única salida. Había dicho algo de poderes y ser fuerte, yo quería ser más fuerte, quería ser un demonio.

_ ¡Yo firmaré por los dos! -le grité de repente- Si yo firmo, ¿Puede mi hermano ir conmigo?

_ Espera Etsuko-chan, no lo hagas, está tratando de engañarnos. -me dijo por lo bajo aún mirando el papel- No sabes en que te estás metiendo, será mejor irnos...

_ ¡No! Daisuke-kun, no tenemos nada... -entonces lo miré a los ojos- Yo no quiero ser como esos idiotas, prefiero ser un demonio. No te das cuenta onni-sama. -tomé el pincel que Abalan me ofrecía y sin pensarlo más escribí mi nombre-

~エツコ ~

-Su hermano la miró atónito, tras unos segundos y con una mirada de confusión él también firmó el papel.-

~ ダイスケ~

_Bien, mis pequeños, deben tener en claro una cosa: YA NO HAY VUELTA ATRÁS, serán míos hasta cumplir con su deuda, tranquilos, yo les daré un lugar donde entrenarse hasta que estén capacitados para trabajar para mí. -chasqueó los dedos y la yuki-onna regresó- Llévalos con Utena Fujioka, ella sabrá que hacer con ellos.

_Solo hazle saber que son de mi tutoría.-nos miró fijo- Si quieren librarse de esta firma. -señaló el contrato- Deben aprender de Utena-sama, y les conviene que lo hagan bien, no soy responsable de cómo aplica los castigos. -sonrió malicioso y con un gesto de su mano nos saludo-

La yuki-onna nos tomó a cada uno de las manos y nos llevó afuera. La miramos con atención, nos llamó la atención que estuviera a las ordenes de otro demonio. La seguimos y luego de alejarnos bastante ella nos soltó y comenzó a levantar nieve a su alrededor abriendo una especie de portal hacía el mundo de los mortales. Nos hizo un gesto para entrar y tomados de las manos Daisuke y yo lo pasamos. Creímos que caíamos al vacío pero después de aquella sensación abrimos los ojos y notamos que ya estábamos en tierra firme.
Nuestra guía caminó hasta una pequeña casa de aquel extraño lugar, tocó la puerta y esperó.
La atendió una joven, una adolescente de ahora, tenía el cabello largo y recogido en un elegante rodete, sus ojos en cambio eran bruscos y agresivos con un color amarillento que daba impresión. Hablaron unos minutos y entonces se dirigió a nosotros.

_ Yo soy Utena Fujioka, y seré su senpai desde ahora, así que bienvenidos a la residencia de demonios. -nos tomó de los brazos y con fuerza nos llevó dentro-

La yuki-onna desapareció y quedamos a merced de aquella agresiva mujer. Esta nos miró, sabía que teníamos miedo y eso le gustaba. Entonces nos llevó a una pequeña habitación y allí nos dijo:

_ Mañana les darán sus nombres, descansen esta noche porque será un día bastante duro. -cerró la puerta y nos dejó solos.-

Yo tenía miedo, ese lugar era horrendo pero era mejor que nada. Había una pequeña cama en el suelo y entonces nos recostamos en ella. Daisuke estaba tan confundido que no dijo nada y solo se quedó dormido casi al instante. Yo en cambio sabía que nada sería igual, que estaba en un juego del cual me costaría salir, esa deuda que había creado con Abalan. Tenía mucho incertidumbre, estaba algo afligida y pensaba en cómo había aceptado aquel trato sin siquiera saber de qué se trataba. Como siempre pensé después de actuar, aunque no me sentí arrepentida...¿Cuánto podría tardar en pagarle al demonio?
Abrasé a mi hermano y cerré los ojos para descansar, al menos no estaba sola...

1 comentario:

Minae dijo...

Ohoh, ese trato me suena a problemas D: Pobrecitos, tener que vivir la vida como lo hacían ellos debía ser duro :/.. Y no es por nada pero Utena no me cae muy bien, pero del padre una cosa que me gustó es el pelo *0*.. Amo el pelo blanco :D

Muy buena Sa-chan.. seguila o empiezo a escuchar al Mc Caco D: (seguila por favor.. xD) :D